Una verdadera revolución para lo que estamos acostumbrados a escuchar. Si siempre te han dicho que los edulcorantes son peligrosos, que producen cáncer y que no pueden ser consumidos ni por niños, ni por embarazadas, la verdad es que según los expertos, todas estar teorías son sólo un mito.
Ésta y otra fueron las conclusiones de la “1era Jornada de Actualización en Edulcorantes No Calóricos”, organizada por el Colegio de Nutricionistas Universitarios de Chile y la universidad San Sebastián, donde se entregaron una serie de pautas para su consumo y se fueron derribando una a una las teorías que se han instaurado como verdades en nuestro país.
La principal expositora de esta jornada, fue la doctora en Ciencias Químicas y consultora internacional en regulación alimentaria, Susana Socolovsky, quien lleva más de tres décadas trabajando con edulcorantes, asegura que éstos no son cancerígenos, que sólo se trata de un mito y que están valorados, evaluados y aprobados, por la Organización Mundial de la Salud.
“Todos los edulcorantes intensivos vendidos en Chile son inocuos (sucralosa, sacarina, stevia, acesulfame k, ciclamato y aspartamo), es decir, no dañan la salud, y eso está avalado, no sólo por la OMS y por Codex Alimentario (Entidad que contiene todos los aditivos e ingredientes de uso alimentario y que depende de FAO/OMS), sino que también por el ministerio de Salud de Chile. Además, el aporte de la industria en los últimos años ha sido maravilloso, porque silenciosamente ha generado un montón de alimentos modificados en su formulación, para tener alimentos de menos contenido calórico, de menor cantidad de azúcar. Esto se debe a que nació la necesidad de controlar la ingesta calórica, ya que hoy comemos de más y hacemos muy poca actividad física, de modo que el sedentarismo creciente nos ha hecho cada vez más obesos”.
Susana Socolovsky agrega que existen edulcorantes sintéticos y naturales. De estos últimos el único que se encuentra en Chile es la stevia, pero que probablemente en un futuro cercano, tengamos acceso a otros, como el Luo Han Guo. “Hay mucha investigación hay proteínas dulces, hay otro tipo de edulcorantes provenientes de frutas que están en etapas iniciales de investigación, pero no probados. Hoy hay una tendencia a consumir edulcorantes naturales, porque es una tendencia generalizada de volver a la tierra, es una moda, que no tiene que ver con la seguridad, tiene que ver con la moda de volver a lo natural”.
Por su parte el presidente del Colegio de Nutricionistas Universitarios de Chile y docente de la Universidad San Sebastián, Samuel Durán, asegura que, lejos de ser dañino, hoy pueden ser utilizados por cualquier persona, en especial por aquellos que tienen sobrepeso u obesidad, población que en Chile bordea el 70 por ciento. “En ellos el consumo de edulcorantes debería estar dentro de las recomendaciones de una alimentación saludable”.
Samuel Durán termina además con otro mito, y es el relacionado al consumo de edulcorantes por niños y embarazadas. “Ellos también lo pueden utilizar, especialmente los niños mayores de dos años. En el caso de las embarazadas no hay datos que muestren que los edulcorantes pueden ser tóxicos o que puedan dañar el feto. Y también pensando en que tenemos un gran porcentaje de embarazadas con problemas de sobrepeso u obesidad, o con resistencia a la insulina y dieta sin azúcar, muchas veces el uso de edulcorantes es la solución para una adherencia a una dieta saludable”
El Colegio de Nutricionistas Universitarios de Chile realiza un llamado a derribar el mito de que se trata de algo tóxico.
“Se dice que es toxico, artificial, dañino cancerígeno. Los edulcorantes llevan más de 120 año. Sólo la sacarina tiene 130 años y no ha mostrado efectos adversos. Entonces, creer que los edulcorantes provocan cáncer es parte del mito urbano que hay que derribar en nuestra sociedad. En Chile hay grupos radicales en nutrición que creen que los edulcorantes no son una buena estrategia para mantener una alimentación saludable. Hay que eliminar la alarma que generan los edulcorantes y orientar a que los profesionales de salud sean responsables con las indicaciones en este tema, porque muchas veces asustan a los pacientes, que están llenos de mitos y no hay un conocimiento de base y hay que empezar a dar recomendaciones con base científica”.
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