Por María Milagros Bazzino

Diseñadora de interiores

Cuando nos referimos a las emociones decimos que son una respuesta de nuestro cuerpo a un estímulo o evento (real o imaginario), que requiere de una regulación por parte del individuo. Cuando llega una emoción a nuestro sentir, es necesario que actuemos y es ahí adonde los sentimientos.
Con la decoración nos pasa lo mismo. Frente a un ambiente, un mueble, al momento de elegir un color, un adorno, o cuando llegamos a una casa, local comercial, sentimos emociones (alegría, enojo, miedo, tristeza, asco, sorpresa) y es a través de ellos que debemos movernos para crear el mejor ambiente.
Les propongo un ejercicio, nos ubicamos en algún espacio que queramos y por un minuto observémoslo. Respondamos estas preguntas prácticas: ¿Que muebles hay? ¿Qué adornos hay? ¿Qué texturas observamos? ¿Qué colores? Y ahora comencemos a analizar de a uno, por ej: veo color rojo, y ahora me pregunto: ¿Qué me transmite? Puedo responder qué se siente como si fuera fuego, qué da sensación de amor, o qué siento enojo.

Seguimos con lo siguiente: veo un cuadro: ¿Que me pasa con ese cuadro? Por ej: veo una imagen de un campo, me da sensación de relax, de frescura, el verde del pasto, me acerca a la vida. Entonces acá podemos ver la pauta de que todo lo que nos rodea nos conecta con una emoción o sentimiento. Entonces, cuando logramos conectar con un ambiente, podemos ver la esencia del mismo y
sentir qué pasa por nuestro cuerpo. Se activan los sentidos, vista, olfato, tacto. La importancia de conectarnos es que de esta manera podemos crear un ambiente a la medida de cada uno de nosotros.
Si entramos a una casa que esta desordenada, con platos sin lavar, adornos rotos, nos genera un rechazo inmediato, a diferencia de un lugar donde está todo ordenado y limpio, nos genera una sensación de bienestar, armonía.
Soy una creyente que cada espacio debe hablar de nosotros y que las casas hay que vivirlas, las casas de Pinterest son espectaculares, pero no son reales. Uno quiere vivir y disfrutar su hogar, hay que encontrar el equilibrio todo el tiempo.
Cada persona es diferente dependiendo de la etapa de su vida. Yo creo que no soy la misma que hace diez años, o veinte, y que esa evolución debe acompañarse con nuestro entorno. Por ello, es necesario observar nuestro alrededor todo el tiempo y hacerme todas las preguntas necesarias para ver que si hay algo que ya no resuena conmigo. Lo que rechaces debe irse y lo que agrade quedarse, para hacer de mi lugar el mejor. Te invito a ponerlo en práctica y verás. resultados inmediatos en tu cuerpo y mente.

María Milagros Bazzino