Un estudio realizado por RedMad con la colaboración de Criteria y Coca-Cola Chile, reveló que existen importantes matices según género al momento de definir las razones para emprender en nuestro país.

Según el informe de percepción, ellas se sienten menos cómodas en entornos laborales formales que los hombres y consideran más factible conciliar estos aspectos al emprender por cuenta propia.

Cómo abordar los desafíos laborales y económicos que trae 2024 es el desafío de muchos con miras a marzo, y entender cómo se está configurando el imaginario de los chilenos en torno a estos temas puede dar algunas luces de qué acciones tomar en materia de políticas públicas y privadas.

En ese contexto, la Red de Mujeres en Alta Dirección (RedMad), con la colaboración de Criteria y Coca-Cola Chile se unieron para generar la cuarta entrega de un estudio de percepción que buscó indagar en el imaginario que las personas tienen respecto del emprendimiento. Los datos se analizaron por sexo, por lo que se tiene la perspectiva de hombres y mujeres.

El estudio reveló que existen importantes matices en la percepción de los chilenos a la hora de definir las razones de por qué hombres y mujeres emprenden en nuestro país. Así por ejemplo, un 53% de las mujeres encuestadas percibe que en Chile se emprende porque la actividad permite compatibilizar el trabajo con otras responsabilidades familiares y personales, versus un 31% en el caso de los hombres.

Frente al resultado, María Ana Matthias, presidenta de RedMad, confirma que existe una creencia más extendida entre las mujeres que entre los hombres en cuanto a que los emprendedores pueden conciliar mejor su vida familiar y laboral. “Esto sugiere, a su vez, que ellas se sentirían menos cómodas en entornos laborales formales que ellos y consideran más factible conciliar estos aspectos al emprender por cuenta propia”, dice.

Por su parte, Matías Chaparro, director de Asuntos Públicos de Criteria, agrega que, “mientras las mujeres valoran más la capacidad de conciliar el trabajo con otras responsabilidades, lo que se traduce en una mayor apreciación de la flexibilidad laboral, los hombres tienden a ver el emprendimiento menos como un medio para esa conciliación y más como una forma de garantizar protección y seguridad financiera frente a despidos inesperados”, comenta.

En efecto, el estudio revela que un 43% de los hombres percibe que el emprendimiento permite protección y estabilidad, versus un 36% en las mujeres.

Asimismo, independiente del género, la principal motivación de los emprendedores es el deseo de autonomía y libertad, pero el uso de esta autonomía se percibe de manera diferente según el género: un 65% de las mujeres valora esta cualidad, versus un 58% en los hombres.

Las principales características asociadas al emprendimiento: fortaleza, creatividad y sacrificio

Por otro lado, la creatividad (69%), el sacrificio (67%) y la fortaleza (67%) son las principales características positivas asociadas a los emprendedores.

Desde un punto de vista más negativo, también se relaciona la figura del emprendedor con la imagen de una persona que tiene todo en contra (32%) y que lucha únicamente por sus motivaciones personales (30%).

Las mujeres también tienen una visión más pesimista que los hombres sobre las motivaciones del emprendimiento, con una creencia más arraigada en que las personas emprenden por falta de otras opciones: un 32% de ellas percibe que se inicia un nuevo negocio por esta razón, versus un 23% en los hombres. Del mismo modo la posibilidad de obtener mayores ingresos se considera menos plausible como motivación en el imaginario del emprendimiento femenino: un 18% de ellas opina que el emprendimiento garantiza un mejor pasar en el futuro, versus un 28% en ellos.

En conclusión, desde Criteria precisan que existe un consenso general entre los encuestados sobre las cualidades que definen a los emprendedores: la creatividad para innovar en los negocios, la fortaleza para superar obstáculos y el sacrificio que supone postergar el disfrute de ciertos placeres de la vida para enfocar sus fuerzas en metas personales. “Vemos, además, que destaca el deseo de autonomía y libertad como el principal motor para elegir este estilo de vida. Resulta llamativo que la independencia sea considerada un factor más relevante que las motivaciones económicas al momento de tomar la decisión de emprender”, explica Chaparro.

“Es interesante ver que tanto las mujeres como los hombres reconocen la importancia de la capacitación para emprender, pero son ellas las protagonistas en el mundo del emprendimiento, abriéndose camino y buscando herramientas para seguir creciendo. En Chile, el 70% de los negocios de barrio son liderados por mujeres, por lo que es fundamental promover espacios de capacitación para este sector. En Coca-Cola Chile, estamos comprometidos con el desarrollo del emprendimiento femenino y por esto impulsamos nuestro programa ‘Mi almacén, mi comunidad’, donde entregamos cursos gratuitos de gestión financiera, sustentabilidad, redes sociales y más a todos los dueños y dueñas de negocio de barrio en el país”, comenta Paola Calorio, directora de Comunicaciones, Asuntos Públicos y Sustentabilidad de Coca-Cola Chile, Bolivia y Paraguay.

Por último, Matthias indica que el emprendimiento es una actividad que, sin duda, ayuda a las personas a progresar. “En ese sentido, es clave apoyar a las mujeres emprendedoras con este tipo de programas o con políticas públicas que las fortalezcan, porque cuando a la mujer le va bien, le va a bien a sus familias y al país”, concluye.