• Aceleramiento de los latidos del corazón, ahogo, sensación inminente de muerte e intenso temor es lo que puede sentir una persona que sufre una crisis de pánico. El psiquiatra de Clínica Vespucio,  Dr. Rafael Vizuete, asegura que lo más importante es tratar de distraerse, mantener la calma y realizar ejercicios de relajación para que los síntomas vayan disminuyendo.

Si bien no existen registros sobre cuánto ha aumentado las crisis de pánico a lo largo de los años, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizado en 2009, una de cada 20 personas sufrirá un trastorno de pánico en su vida.   Se trata de una enfermedad muy invalidante, que deteriora la funcionalidad general de una persona, afectando considerablemente su calidad de vida.

Según el especialista de Clínica  Vespucio, las crisis de pánico son un trastorno de la ansiedad, es decir, un intenso miedo que presenta una persona y que le produce la sensación de que va a morir. “Esta sensación no se puede controlar y afecta varios sistemas del cuerpo, generalmente el nervioso, por esto muchos pacientes que sufren este cuadro se dirigen rápidamente a la urgencia de recintos asistenciales”, explica el doctor.

Aunque no se sabe qué las origina, se cree que puede ser por un componente hereditario o tras un episodio de gran estrés.

Atención con los síntomas:

  • Sudor frío en las manos
  • Aceleramiento de los latidos del corazón
  • Falta de aire
  • Mareos
  • Dolor de pecho
  • Aturdimiento
  • Desmayo
  • Sensación de irrealidad
  • Temor a perder el control

Cómo reaccionar frente a una crisis de pánico

El Dr. Vizuete indica que lo más importante es que el paciente trate de mantener la calma. “Es de mucha ayuda pensar en otras situaciones que produzcan placer, además de conversar con otra persona y manifestar las molestias que siente. Esto va a ayudar a disminuir la sensación de molestia de la crisis de pánico”, asegura el especialista.

¿A quiénes afecta?

Por cada hombre que presenta crisis de pánico hay dos o tres mujeres afectadas por la enfermedad. Los síntomas son tan intensos, que tienden a asociarse a otras enfermedades, principalmente cardiológicas (infartos al corazón) o dificultades respiratorias. Las edades más frecuentes son entre los 25 y 35 años, aunque también puede afectar a una persona mayor, sobre todo si ha estado sometido a situaciones de angustia o estrés.  También afecta a los niños, pero los síntomas son más difíciles de detectar en esta edad, ya que se pueden confundir con alguna alteración de conducta.

Según el psicólogo de Clínica Vespucio, Dr. Rafael Vizuete, dado que es casi imposible poder prevenir una crisis de pánico, el tratamiento es muy importante. “Cuando el paciente acude a la consulta, le entregamos recomendaciones con ejercicios de respiración para relajarse.  Además, el tratamiento incluye fármacos, que pueden contemplar antidepresivos o ansiolíticos. Con estos últimos se debe ser cuidadoso porque pueden producir dependencia, por lo que uso se debe dar en el corto plazo”, concluye el doctor.