Por: Leandro Gottlieb, gerente general de Kimberly Clark
En una nueva conmemoración del Día de la Niña es importante tomar conciencia de que existen obstáculos a los que ellas se ven enfrentadas desde temprana edad y que pueden afectar el desarrollo de su vida. Según un estudio que realizamos con Cadem, un 10% de las jóvenes siente vergüenza y asco al hablar sobre menstruación. Estos sentimientos negativos pueden tener un impacto significativo en su vida social y autoconfianza.
¿Qué podemos hacer como padres? Tenemos la responsabilidad de crear un entorno en el que nuestras hijas se sientan seguras y empoderadas desde que empiezan a ser conscientes de su entorno. Podemos crear espacios en el que las niñas se sientan cómodas hablando sobre su experiencia, mostrar empatía hacia las situaciones y emociones que viven, pues la menstruación puede ser dolorosa o incómoda para algunas, pero no deben verla nunca como una limitante. También es importante que desafiemos estereotipos de género y fomentemos el interés de nuestras hijas en actividades científicas y deportivas; con esto, aprenderán que su valor no está ligado a su cuerpo y que pueden tener muchos logros, independientemente de su género.
El empoderamiento de las niñas desde una edad temprana es un paso crucial hacia la construcción de una sociedad más equitativa y justa. Al abordar temas como la menstruación de manera abierta y comprensiva, normalizando un hito sano y natural en la vida de las mujeres, podemos ayudar a nuestras hijas a superar los obstáculos que seguramente surgirán en el camino. Al hacerlo, no solo las beneficiamos individualmente, sino que también estamos contribuyendo al avance de nuestra sociedad.
En Latinoamérica y Chile, el empoderamiento femenino está ganando cada vez más terreno en la agenda social y política, y también en el mundo privado. En Kimberly-Clark Chile un 33% de las posiciones de liderazgo en el equipo son ejercidas por mujeres, y el board está formado en más de un 60% por ellas. Son mujeres empoderadas, seguras de sí mismas y convencidas que pueden alcanzar todo lo que se propongan. Seamos consciente de que este camino no comienza en la adultez, sino desde temprana edad; sigamos trabajando por el empoderamiento y futuro de nuestras hijas.