La efectividad del ácido ascórbico sobre el sistema inmunitario ha sido ampliamente estudiada y se ha utilizado para prevenir muchas dolencias, incluso, en los últimos años su uso se ha extendido a terapias contra las células tumorales.

 Todos conocemos los beneficios que trae al sistema inmunológico la vitamina C -también conocida como ácido ascórbico, ácido L-ascórbico o ascorbato-. De hecho, durante el invierno es usual que su consumo aumente porque se sabe que puede reducir la duración o la gravedad de los resfríos. Sin embargo, esta vitamina puede ayudar al organismo a combatir muchas otras enfermedades.

Según Breastcancer.org, la vitamina C puede evitar problemas cardiovasculares como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Asimismo es esencial para prevenir la degeneración del cartílago articular (artrosis) e incluso trastornos oculares como las cataratas y la degeneración macular. También afirma que es posible que cumpla una función en la reducción del riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer como de pulmón o del tubo digestivo y gastrointestinal.

“Desde el punto de vista estructural la vitamina C es muy similar a la glucosa, en ese sentido, la lógica terapéutica respecto al cáncer es actuar como un simulador de glucosa. Este reemplazo bioquímico provoca una crisis energética en las células tumorales, es decir, como no les está llegando glucosa se quedan transitoriamente sin energía y eso permite que se desencadenan mecanismos de muerte en las células cancerígenas”, explica el doctor Pablo de la Fuente, médico cirujano de la Universidad Austral de Chile, especialista en imagenología diagnóstica y terapéutica de la Universidad de Concepción, quien desde el 2014 trabaja en el Hospital Regional de Valdivia en el área de oncología de cánceres digestivos.

El especialista aclara también que “fisiológicamente el cuerpo tiene una capacidad limitada de absorber vitamina C por vía oral y posterior a eso se produce efectos adversos como diarrea osmótica o problemas gastrointestinales, se satura esa vía de absorción”. Esta es una de las razones por la que se ha comenzado a incorporar la administración intravenosa para los tratamientos contra el cáncer, lo que según científicos de la Universidad de Kansas, permite absorber la vitamina C en su totalidad y puede matar las células cancerígenas.

“La ventaja de utilizar vía endovenosa es administrar concentraciones muy altas que desencadenan respuestas sobre las células glucodependientes como son las células tumorales y no se puede lograr tanta concentración por vía oral”, aclara el médico.

NUEVA TECNOLOGÍA: LIPOSOMAL

Como un esfuerzo de acercar dosis de mayor concentración a las personas es que se han desarrollado nuevos formatos como la vitamina C liposomal, que tiene una biodisponibilidad 400% superior al formato regular (el que se compra en la farmacia). ¿Qué significa esto? El nutriente se encapsula en fosfolípidos (ácidos grasos) que permiten una absorción más eficiente y directa. Como resultado, más vitamina C ingresa al torrente sanguíneo teniendo un efecto activo en el cuerpo sin efectos secundarios en el aparato digestivo.

En ese contexto, el emprendimiento chileno BVITAL LIFE,  instalado en la Región de Los Ríos apostó por esta innovación para introducirla en nuestro país bajo el nombre de  VIT/C-VITAL LIPOSOMAL, la primera y única vitamina C liposomal disponible en Chile. La healthtech propiedad del matrimonio conformado por Pedro Grez y Barbara Leisinger creó los primeros suplementos chilenos de etiqueta limpia y, recientemente, incorporó a su línea de productos esta vitamina C liposomal.

NO ES ALGO NUEVO

La utilización de dosis concentradas de ácido ascórbico como tratamiento contra el cáncer comenzó en la década de los setenta, cuando el químico Linus Pauling informó que esta vitamina administrada por vía intravenosa era efectiva para tratarlo. La relación entre la vitamina C y el cáncer fue documentada por Pauling y Abraham Hoffer en el libro “Vitamin C & Cancer”.

Desde entonces varios estudios sugieren que puede haber un beneficio al combinar los tratamientos estándar contra el cáncer con altas dosis de vitamina C intravenosa, demostrando que por esta vía podría ser un tratamiento seguro y efectivo para el cáncer. Asimismo, se ha logrado determinar que en conjunto con la quimioterapia logra reducir el ritmo de crecimiento del tumor. En tanto, en una investigación publicada en la revista especializada Science Translational Medicine en el 2014, se hizo un llamado para iniciar ensayos clínicos a gran escala.

El gran inconveniente que tiene la vitamina C para ser aprobada como tratamiento para el cáncer es que es poco probable que a la industria farmacéutica le interese hacer pruebas. Esto porque al ser un producto natural no puede ser patentado y, por consiguiente, tienen poco interés económico. Razón por la cual, muchos estudios clínicos con esta vitamina son abandonados.