El cuerpo femenino experimenta distintos cambios físicos que se ven evidenciados en las etapas de cada mujer: la niñez, juventud, adultez y vejez. Por esto es que es relevante tener el conocimiento adecuado sobre lo que pasa en el cuerpo en cada período.

Las mujeres deben adaptarse a los cambios hormonales, físicos y psicológicos que conlleva crecer y pasar por los ciclos de vida correspondientes. En relación a esto, los principales cambios ginecológicos se encuentran desde la primera menstruación, algunos trastornos se relacionan con el ciclo menstrual; en la juventud las necesidades de educación sexual; y la adultez con la búsqueda activa de la fertilidad o las condiciones de salud que aparecen con la edad, hasta el climaterio, asegura la Ginecóloga de Medicop, Carolina Pastene.

Debido a que cada proceso es distinto, es necesario llevar un control específico a medida que la mujer va creciendo. Es por esto que la doctora Pastene considera que es recomendable comenzar con estas revisiones desde los 13 años, si es que no hay una patología previa. De todas formas, estos controles “deben mantenerse durante el curso de vida, para estar en prevención y cuidado integral de la salud sexual y reproductiva de esa mujer, y generar un vínculo con los ginecólog@s que te acompañarán en la etapa infanto juvenil, de embarazo, etapa fértil y luego el climaterio”, asegura.

Algunas edades relevantes para realizarse exámenes son los 25, 35 y desde los 40. Específicamente, “desde los 25 años se hace en forma anual el PAP, desde los 35 años en adelante se puede realizar un estudio de tipificación del virus papiloma para la detección precoz del cáncer al cuello del útero. Desde los 40 años se inician las mamografías si es que no hay antecedentes familiares de cáncer de mama”, explica la Ginecóloga de Medicop.

Aún así, hay condiciones que pueden aparecer fuera de los períodos contemplados, por ejemplo, las dificultades en la actividad sexual, la incontinencia de orina, el dolor pelviano crónico, infecciones de transmisión sexual,  las experiencias de abuso, entre otras.

En esta temática la información es primordial, y el acceso a esta se ve en ventaja por los múltiples canales de comunicación gracias a la conectividad de la sociedad que, a su vez, derriban las brechas socioeconómicas que puedan haber. Sobre esto, la doctora considera que “las generaciones nuevas, tanto de especialistas en Ginecología y Obstetricia, entiende la importancia de su rol educativo y preventivo en pos de la salud de la mujer y a través de las nuevas plataformas como redes sociales se han volcado a educar a la población general”.

El escenario nacional está en constante progreso y, lo que contribuye a esto son, por ejemplo, el aporte educativo que entregan los especialistas, junto con el “aumento de las especialistas en Ginecología Infanto juvenil, que han permitido crear conciencia de la importancia de los cuidados precoces de las niñas y adolescentes. Y las sociedades científicas que han buscado impactar en las políticas públicas que se han generado como Mamografía sin orden médica, la inclusión en el Plan Nacional de Inmunizaciones la vacuna del papiloma humano para las niñas y niños de 4to y 5to básico, el acceso a la anticoncepción de emergencia sin receta y lograr código Fonasa para el screening de Chlamydia trachomatis”, concluye la Ginecóloga de Medicop, Carolina Pastene.