Por: Elizabeth Salazar T.

Hay un dicho que dice que “Madre hay una sola”, pero si nos remontamos a los recuerdos de nuestra infancia, podemos encontrar más de alguna figura materna, que ayudó en nuestro desarrollo y cuidado como nuestras abuelas, tías,  y niñeras o “Nanas”. Una de estas últimas, es la protagonista de “Zoila, el amor a través de…”. Ella es una niñera de origen mapuche, que durante su infancia cuido a Gabriela Pena, directora del documental, quien revisó filmaciones caseras de su familia y se dio cuenta que esta mujer que fue tan importante en su vida no aparecía en los registros. A partir de este hecho, se comenzó a cuestionar el significado de la familia, la maternidad y a darse cuenta de las barreras biológicas y sociales, que habían entre Zoila y ella.

A través, de dibujos, fotos, entrevistas y filmaciones, Gabriela nos muestra su infancia, narrada por ella misma, donde busca destacar la importancia que Zoila ha tenido para ella. En Chile estuvo cinco años trabajando en el cuidando a Gabriela y su hermana. Cuando la familia se trasladó a España, la pena del distanciamiento llevó a tomar a Zoila, la decisión de viajar al país vasco, para reencontrarse con las dos niñas y retomar su trabajo. A pesar, de que el vínculo laboral, duró poco en ese país, el vínculo afectivo, no se quebró nunca y Gabriela creció compartiendo con Zoila, alguno de los momentos más importantes de su vida.

El documental, es una dedicatoria llena de cariño y admiración por Zoila, muestra momentos entrañables, como el viaje que realizan Gabriela y Zoila a Chile tras 20 años viviendo en España. Ambas mujeres van a visitar a la familia de Zoila en la Araucanía, aunque se ve mayor cercanía entre ellas, que Zoila con sus familiares. Gabriela, su hermana y Zoila, no comparten lazos sanguíneos, pero su relación ha sido tan estrecha, que fluye de forma muy natural. Esta unión, es simbolizada a través, de una preparación típica chilena, esos calzones rotos, que Zoila prepara para Gabriela y cuya receta es heredada por la joven.

Una bella pieza fílmica que nos deja varias reflexiones acerca de la familia, la maternidad, el rol de las mujeres, las diferencias sociales y sobre todo de esas Zoilas que han sido invisibilizadas, pero que merecen reconocimiento por lo significativas que han sido en nuestras vidas.

Se estrena el 18 de mayo, puede verlo en la Cineteca Nacional y en el Centro Arte Alameda.

Directora: Gabriela Pena

Duración: 75 Minutos