Inician las esperadas vacaciones, tiempo ideal para poder disfrutar, descansar, organizar actividades recreativas y estar en familia. Sin embargo, durante estos meses es muy importante mantener la capacidad creativa en los niños, niñas y jóvenes, para que así sigan aprendiendo de forma entretenida.
Esta nueva temporada de vacaciones de verano es un tiempo muy esperado por niñas, niños y jóvenes, debido al término de clases, suspensión de las tareas académicas y contar con más tiempo para estar en la casa. Sin embargo, para los padres, madres y cuidadores, este periodo puede generar preguntas e inquietudes sobre la mejor manera de acompañar y entretenerlos.
A veces, solemos pensar que tenemos que inventar un sinfín de actividades para que los niños y niñas no se aburran, o no pierdan el hilo de los aprendizajes adquiridos en la escuela y, con ello vamos perdiendo de vista otros espacios de desarrollo y aprendizaje que se pueden dar en un tiempo de vacaciones donde abunda el tiempo libre.
Una primera idea que puede servirnos como adultos encargados de la crianza, para afrontar este tiempo, es comprender que los niños y niñas deben y pueden tener tiempo para descansar, divertirse, aprender, socializar con otros, comprometerse con las tareas de la casa, entre otras actividades, sin que ello signifique tener una rutina rígida, llena de horarios y aprendizajes obligatorios.
“No debemos tener temor al aburrimiento de los niños y niñas, ya que esto los obligará a desarrollar su imaginación, la capacidad para inventar cosas y practicar la autonomía, al tratar de buscar cosas entretenidas para hacer”, comenta Sebastián Peters, coordinador del Programa Aprender en Familia de Fundación CAP.
Y agrega, “también resulta muy gratificante saber que en las actividades cotidianas nuestros niños y niñas pueden ir generando aprendizajes nuevos y poner en práctica los que ya tienen”.
Algunas ideas que pueden ayudarnos con este propósito:
- Asegurar horarios de juegos para los niños y niñas, pero sin utilizar las pantallas ni aparatos tecnológicos.
- Reservar tiempos de descanso donde no exista ninguna actividad planificada por hacer.
- Generar espacios de disfrute en familia, para promover los ritos e identidad familiar.
- Pedirle a niños y niñas que organicen un paseo en familia a parques, plazas o espacios al aire libre.
- Visitar museos, centros culturales o lugares de interés que estén al alcance de todos.
- Contarse historias familiares y mantener conversaciones en los momentos de comida para potenciar el lenguaje, la capacidad argumentativa y el relato oral.
- Reciclar y reutilizar cosas de la casa, conversando sobre la importancia del cuidado del planeta.
- Pedirle a nuestros niños y niñas que nos ayuden con tareas de la casa para fomentar el desarrollo de hábitos.
- Cocinar juntos incorporando a los niños y niñas en la receta e ingredientes, lo cual les permite poner en práctica sus conocimientos en lenguaje, matemáticas, etc.
Es importante destacar, que cada familia debe vivir su tiempo de vacaciones de la manera que le parezca mejor, “y es importante no perder de vista el cuidado y las opiniones de los niños y niñas, lo cual significa preguntarle qué quieren hacer, contarles por qué no podemos hacer algo que ellos quieren, negociar ocasionalmente lo que ellos piden, a cambio del cumplimiento de acuerdos, como el tiempo de uso de pantallas” concluye Sebastián Peters de Fundación CAP.