Asfixia por inmersión, fracturas, esguinces, así como infecciones en ojos y oídos, son algunos de los problemas a los que pueden estar expuestos los niños si sus padres o adultos a cargo no están al tanto de los riesgos de realizar estas actividades sin supervisión.
A continuación, especialistas explican estas situaciones y cómo evitarlas.
Asfixia por inmersión
La asfixia por inmersión es un problema respiratorio derivado de la inmersión/sumersión en un líquido, que hace que el ritmo de un corazón sano se reduzca gradualmente hasta detenerse por falta de oxígeno, produciendo como consecuencia secuelas neurológicas a largo plazo e incluso la muerte. “En Chile corresponde a la segunda causa de muerte accidental en niños de 1 a 4 años y la tercera causa en niños y adolescentes entre 5 a 19 años”, explicó la Dra. Paulina Cristino, pediatra de Cuidado Intensivos Pediátricos de Clínica Santa María.
La edad es uno de los principales factores de riesgo, vinculados en general a lapsos de inatención en la supervisión de un niño, por lo cual para evitarlo es fundamental la vigilancia continua por un adulto responsable, como también la instalación de barreras que restrinjan el acceso al agua y el enseñar a nadar a los niños.
“El tratamiento oportuno iniciado en el lugar del accidente, seguido por atención de personal capacitado es muy importante para reducir la mortalidad como la morbilidad”, explica la especialista. “Lo primero que debemos hacer es sacar de inmediato del agua al niño y pedir ayuda, verificar si el menor presenta respiración y pulso. De no tenerlos, se debe iniciar la reanimación básica con compresiones cardiacas y respiración boca a boca”, detalla.
El rescate temprano y la instauración inmediata de soporte vital básico son determinantes en el proceso de recuperación debido a que el factor tiempo es crucial.
Así lo sostiene el médico cirujano de Help, Harrison Franco: “La reanimación prehospitalaria es clave para la supervivencia, debe comenzar en el mismo lugar del accidente y tiene como objetivo normalizar la ventilación y circulación. Si la persona no respira se debe realizar respiración boca a boca inmediatamente, recordando no hiperextender el cuello para evitar empeorar una lesión cervical no diagnosticada”.
Fracturas y esguinces
Los esguinces y fracturas en el verano son una causa frecuente de consultas en los servicios de urgencias.
“Una fractura es una pérdida de continuidad del hueso a diferencia de un esguince, que es una lesión, estiramiento o desgarros de los ligamentos (bandas de tejido fibroso) que conectan los dos huesos en las articulaciones”, señaló la Dra. Mireya Mellard, traumatóloga de Clínica Ciudad del Mar.
Las piscinas presentan un factor de riesgo por múltiples causas, entre estas:
-El andar descalzo predispone a mayor riesgo de caídas.
-El uso de chalas para correr da menor estabilidad, aumentando el riesgo de lesiones.
-El realizar piruetas o tirarse piqueros aumentan el riesgo de traumatismo encéfalo craneano y trauma medular, lesiones con alta morbimortalidad.
Además, los niños no son conscientes de los riesgos que suponen ciertas conductas, de ahí la importancia de la vigilancia permanente de un adulto, enfatizando como medidas de protección el uso adecuado de calzado, evitar correr en piscinas y no realizar piruetas ni tirarse piqueros que pueden poner en peligro al menor.
Infecciones: otitis y conjuntivitis
La otitis externa es una consulta muy frecuente en niños durante la temporada de verano. De acuerdo a lo señalado por la especialista de Clínica Santa María, esta se produce por la exposición mantenida del oído al agua, produciendo una inflamación del conducto externo por un agente infeccioso.
“Es fácil de reconocer, dado que el menor presentará dolor intenso del oído y secreción proveniente del conducto auditivo”, comenta la pediatra.
La manera de prevenirlo es evitar sumergirse en el agua, usar tapones para oídos al nadar y secado minucioso después de exponerse al agua.
Respecto a la conjuntivitis, esta se produce por el exceso de cloro o desinfectantes en el agua, causando irritación en los ojos. Sus síntomas son:
-Sensación de cuerpo extraño en el ojo.
-Quemazón o picor.
-Lagrimeo y enrojecimiento ocular.
“Pese a que no es grave, puede llegar a ser molesto para la persona que lo contrae, y la forma más eficiente de evitarla es cerrar los ojos al sumergirse, de preferencia utilizar gafas de natación y limpiar los ojos con agua después de estar expuestos al agua de piscina”, concluyó la Dra. Cristino.
—-