Por: Elizabeth Salazar T.
Qué se puede aportar a la historia de Diana Spencer, si ya se ha escrito y se ha dicho tanto sobre ella. Se han hecho películas y hasta en la serie “The Crown”, se ha mostrado parte de su vida. Un desafía no menor, fue el que tomó el director Pablo Larraín, al embarcarse en la realización de “Spencer”, el guion fue escrito por Steven Knight y nos muestra a la princesa Diana, en la finca de Sandringham, durante navidad. La festividad que debería ser, un motivo de alegría y celebración, pero por el contrario, lady Diana siente el peso de las obligaciones no deseadas. A la vez, debe lidiar con la presencia de Camilla Parker-Bowles y su cercana relación con el príncipe Carlos. Esto sumado al acoso de la prensa, que no le da respiro.
Desde el inicio la belleza de las imágenes que nos va mostrando Larraín, no puede dejar indiferente, si bien pasan varios minutos desde la protagonista dice sus primeras palabras, podemos sentirnos embelesado por la belleza de ese entorno y la melodía que las va acompañando. Por el contrario, se nos va presentando a Diana (Kristin Stewart), perdida y cabizbaja, incomoda por los acontecimientos que se vienen. Debe asistir a la cena de navidad y para eso tiene que hacer lo que por protocolo indica que es correcto. La princesa, por el contrario, se siente agotada y con las ganas de desafiar todo eso que se le ha impuesto….
El castillo es tan lujoso y todo se ve tan bello, pero Diana esta viviendo una pesadilla, la presión que han puesto sobre ella, es enorme y la siente. Estos son los días previos a terminar su matrimonio con Carlos, la situación no da para más. Ella intenta proteger a sus hijos y distraerlos con su imaginación y con todo lo que tenga a mano, para que ellos puedan vivir la niñez, lo más normal posible. Su ánimo es voluble, de hecho, hay una figura que aparece y la inspira a hacer cosas. Además, ella buscar apoyo, en alguien de su entorno.
“Spencer”, se encuentra basado en hechos ficticios, pero en la recordada entrevista con la BBC, fue la misma Diana, quien contó su batalla contra bulimia, la infidelidad del príncipe Carlos, el asedio de los paparazzi y otro hecho que era conocido, es que era común verla rompiendo el protocolo. Así que hay parte de realidad y ficción, bien entremezclada. Kristin Stewart, logró adoptar sus movimientos, gestos, la forma de mirar, tal vez lo que menos me gustó fue el acento, creo que no logra ser similar al de Diana, pero nos regala una buena interpretación.
El film se ha llevado varios premios y sin duda, lo seguirá haciendo. Punto para Larraín, que con su particular estilo, ritmo pausado, largos silencios, imágenes hermosas, nos muestra los dolores y tormentos de la princesa.
Director: Pablo Larraín
Duración: 111 Minutos