Por: Elizabeth Salazar T.
Un niño de 10 años escuchó el soundtrack de “Amor sin barreras” y quedó tan impresionado, que decidió que algún día haría su propia versión, me refiero por supuesto al Steven Spielberg. Basada en el musical de Broadway de 1957 (La película se estreno en 1961), tuvo que esperar varios años para cumplir su objetivo, la filmó el año 2019, pero debido a la pandemia este fue postergando su estreno. Coincidentemente, 60 años después de la primera versión cinematográfica, el director y el mundo podrán verla a partir de este jueves, en las salas de cine.
El film es una especie de “Romeo y Julieta”, pero a diferencia de la novela de William Shakespeare, acá la pareja de enamorados debe luchar por su amor, debido a las sus amigos y familias, pertenecen a pandillas rivales. Se encuentra ambientado en Nueva York, de los años 50, María (Rachel Zegler), es una joven portorriqueña que vive junto a su hermano Bernardo (David Alvarez) y su novia Anita (Ariana DeBose). La vida de Anita cambiaría, tras asistir a un baile, donde conoce a Tony (Ansel Elgort), un joven que recientemente a salido de prisión y quiere reformar su vida, con el apoyo de Valentina (Rita Moreno). Algo nada fácil, tras conocer a Anita en el baile, será desafiado por la banda de los Jets, la que lidera Bernardo. En tanto, él y sus amigos pertenecen a los Sharks, y tienen una antigua rivalidad ambas pandillas, debido a sus orígenes y además, pelean por sus territorios.
Para llevar a la pantalla grande “Amor sin barreras”, Spielberg escogió un gran equipo, el guionista es Tony Kushner, el coreógrafo Justin Peck y la música fue ejecutada por la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, dirigida por Gustavo Dudamel. La suma de todos estos profesionales, da un resultado excelente. Las coreografías están tan bien realizadas, s nota una mayor complejidad y elaboración que las del film anterior. El colorido es precioso, la forma en como resaltan los colores en el vestuario, la ambientación y la iluminación esta dispuesta para que cada escena luzca de la mejor manera posible. La música suena increíble, es inevitable no ponerse a cantar o tararear alguna canción, incluso hasta a mover los pies bajo el asiento.
Los protagonistas, están muy bien escogidos y ambos cumplen muy bien con sus roles, tanto en actuación, canto y baile. La voz de Rachel es hermosa y ella logra con simpatía llegar al espectador, su versión de Anita es mucho más empoderada y desafiante que en el film anterior. En tanto Ansel es un encantador Tony, buen bailarín y muy carismático, la química entre ambos funciona muy bien. Quiero destacar el personaje de Valentina, interpretado por Rita Moreno (ella aparece en el film de 1961 como Anita), la actriz que obtuvo el Oscar como Mejor Actriz Secundaria, en la versión anterior y que ahora aparece como productora ejecutiva, tiene un personaje, que es una especie Pepe Grillo para Tony o su conciencia, este rol antes fue interpretado por un hombre, pero en esta oportunidad Rita tiene mayor tiempo y relevancia en la trama. Lo hace genial, fue mi favorita del elenco.
Bonitos bailes, buena música, romance, tragedia, humor, qué más le podemos pedir… Es una película para disfrutar y contemplar. Muy buen trabajo Sr. Spielberg, realmente lo aplaudo. ¡Vaya a verla!
Director: Steven Spielberg
Duración: 156 Minutos
Estreno: 9 de diciembre en salas de cine
Distribuye: Cinecolor Films