- 8 películas forman parte de una sección que incluye nombres fundamentales de la cinematografía trasandina como Mariano Llinás, Raúl Perrone, Anahí Berneri, María Alché, Edgardo Castro, Agustina Comedia y Albertina Carri.
- La 33º edición del Festival Internacional de Cine de Viña del Mar se llevará a cabo hasta el 15 de septiembre.
El Festival Internacional de Cine de Viña del Mar, FICVIÑA, cuenta cada año con un país invitado. En esta edición es Argentina, lo que ha generado una serie de focos y diálogos que buscan homenajear la cinematografía trasandina.
Para eso el festival presenta en esta 33º edición el Foco Miradas Contemporáneas que incluye 8 películas de cineastas fundamentales dentro de la producción reciente. Estas obras se exhibirán online a través de la página www.ficvina.cl. El certamen se extenderá hasta el 15 de septiembre con funciones gratuitas tanto en línea como presenciales. Las actividades de formación será transmitidas a través de las cuentas de Facebook y YouTube del festival y algunos diálogos serán presentados en alianza con www.teatroamil.tv.
El festival, un evento fundamental para el cine latinoamericano, es financiado por el Fondo Audiovisual del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio; y organizado por la Ilustre Municipalidad de Viña del Mar en conjunto con la Universidad de Valparaíso.
VISIONES INSURRECTAS
El cine argentino tiene la capacidad de renovar nuestro asombro con una constancia que nunca decae. “Nos entrega, periódicamente, nuevos nombres para que ampliemos nuestra lista de admiraciones. Nos dificulta –y, en este caso, no es algo negativo– la tarea de trazar una red de relaciones e influencias gracias a una multiplicidad de miradas que, si algo tienen en común, es una inquietud sin concesiones. Esto lo encontramos en un panorama que incluye grandes proezas fílmicas, ensayos íntimos, ejercicios de género, found footage, experimentaciones o el siempre necesario acto de registrar la vida cotidiana con lucidez y sensibilidad”, destaca el crítico Andrés Nazarala, programador de FICVIÑA.
“Durante la historia del festival, en varias ocasiones se han realizado muestras, focos y retrospectivas, dedicadas tanto a directores tradicionales como a los del llamado Nuevo Cine argentino. Como si fuera una fuente inagotable, el cine argentino siempre está presente, y forma parte sin duda de un imaginario compartido y esencial”, señala, por su parte, Claudio Pereira, Director Artístico del Festival. “Para esta versión 2021 el festival realiza una forma distinta de conectarse con el cine argentino, esta vez no concentrándose en una sola autoría, sino en un panóptico de lo contemporáneo de su cine, en miradas que han empujado los límites del sentido y de la experiencia, visiones insurrectas que corren el cerco del lenguaje y de la visión acerca de los debates y problemáticas que hoy definen nuestro tiempo. Comprensión y liberación de nuestros cuerpos, aproximación a realidades excluidas y estigmatizadas, nuevas narrativas en torno a la memoria y experimentación formal son parte de este Foco país invitado Argentina, que reúne a autoras y autores necesarios de incorporar a nuestras historias del cine”.
Las obras escogidas son:
“LAS HIJAS DEL FUEGO”, de Albertina Carri
Tres mujeres se cruzan por azar en el fin del mundo e inician un viaje poliamoroso que las transforma hasta devolverlas a su ciudad natal siendo otras.
“Obra provocadora, a modo de manifiesto contemporáneo de asumir el cuerpo liberado de la dominación patriarcal. Las hijas del fuego es una obra política y estéticamente insurrecta, que desafía no sólo a los espectadores sino al propio cine que es capaza de generar y producir placer. Profunda y radical obra de Albertina Carri, quien ya desde 2002 (“Los rubios”) trazó una variante en las formas de representación de la memoria y ahora lo amplía hacia el cuerpo, como nueva subjetividad”, destaca Pereira.
“EL SILENCIO ES UN CUERPO QUE CAE”, de Agustina Comedi
Jaime filmó todo, incluso su propia muerte. De él, a su hija le quedaron cientos de horas de videos caseros y unas cuantas incertidumbres.
“Atendiendo al tradicional prejuicio sobre el cine ensayo o el documental personal, surge la pregunta, hasta dónde es relevante una microhistoria. Las posibilidades expresivas del cine contemporánea permiten ampliar y vincular dimensiones de lo íntimo con lo colectivo”, señala Pereira.
“PLAYBACK. ENSAYO DE UNA DESPEDIDA”, de Agustina Comedi
En Córdoba, lejos de la capital de Argentina, el final de la dictadura augura una primavera que durará muy poco. “La Delpi” es la única sobreviviente de un grupo de travestis y transformistas que hacia fines de los 80 empezaban a morir, una tras otra, de SIDA.
Pereira destaca: “Las imágenes se resignifican al verlas nuevamente y en especial los archivos cuando pierden su condición de pertenecer a otro tiempo, sino que ingresan al de la propia mirada, Así funciona el cine contemporáneo, que se apropia de las imágenes de otros tiempos, depredando el pasado, para distorsionar o complejizar nuestra forma de ver. Agustina Comedi, aborda, su familia, sus propios dolores y vacíos volcando sus preguntas hacia las propias imágenes que ha atesorado o ha ido encontrando. Ejercicio de la memoria dinámico, con trayectos insospechados, sin duda una obra que nos continúa cautivando por las posibilidades que abre”.
“LA FLOR”, de Mariano Linás
La Flor es un complejo narrativo integrado por seis narraciones independientes y sucesivas. El punto de unión entre ellas es que en cada una de dichas historias actúan las mismas cuatro actrices.
“Tal como ha sucedida con las otras obras de Mariano Llinás (Balnearios o Historias Extraordinarias) son búsquedas de otras narrativas, de otras maneras a modo de variantes del relato cinematográfico. Con cada una pareciera que fuera encontrando una forma ligada a un método preciso hasta llegar a “La flor”. Imposible de concebirse como una película ni tampoco una serie desde el formato convencional, es al mismo tiempo todo eso y más. Es una obra desafiante a los cánones formales, que FICVIÑA ha deseado exhibir de forma íntegra en sus 14 horas de duración en formato presencial, para no distorsionar la energía autorial desbordante de Mariano Llinás”, dice el Director del Festival.
“LAS RANAS”, de Edgardo Castro
Una chica de 22 años y un chico de 23. Ella vendedora ambulante, los dos del conurbano, él encerrado en el Penal de Sierra Chica, Olavarría, por robar casas. Visitas en la cárcel, la soledad de ella en el afuera, la soledad de él en el encierro. Sexo y amor mezclados en el Gran Buenos Aires.
“Como lo hiciera en su ópera prima como director “la noche” (2016), Edgardo explora zonas que siempre se encuentran en las sombras, oscurecidas por prejuicios, estereotipos o desconocimiento. Con un punto de vista que siempre está en un límite entre una mirada respetuosa que toma distancia, pero al mismo tiempo está a centímetros de quienes observa, otorgando una dignidad que quizás otras miradas no permiten. En “Las ranas” de Edgardo Castro hay personas prisioneras o condenadas previamente, por sólo habitar en el margen, y que pese a todo entregan contención, aun sin recibirlo. Sorprende, esta película, así como sus anteriores donde existe una aproximación desde un profundo cariño y respeto, que hoy cobra nuevo sentido, cuando la pandemia ha desnudado las más violentas precariedades y pérdida de humanidad”, analiza Pereira.
“S4D3”, de Raúl Perrone
“El último de los independientes o el único como otros dirían, Raúl Perrone vuelve con su última película que como sabemos tendrá en sus títulos combinación de letras y números”, destaca Pereira. “Más allá de lo que podría ser un mero formalismo gráfico, Perrone es fiel a su metodología, y al mismo tiempo sorprende por su capacidad de cambiar en cada película que logra estrenar año a año, con pandemia o sin esta, con escaso o nulo presupuesto. Ganador muchas veces de festivales, sin poder clasificado, tampoco calza en las retrospectivas del nuevo cine argentino, lo que lo vuelve aun más contemporáneo. Con una puesta en escena literalmente teatral en este caso vuelve con colores intensos y combinación entre lo grotesco y lo atractivo”.
“ALANIS, de Anahi Berneri”
Alanis trabaja como puta. Con su bebé y con Gisela, una compañera varios años mayor, comparte un privado en el centro donde vive y atiende. Desde ese barrio multirracial, de tránsito y violento, Alanís intenta recuperar su dignidad, ayudar a su amiga y cuidar a su hijo.
“Una mujer que además de ser trabajadora sexual es madre y pareciera que no está esclavizada como habitualmente se abordan estos personajes femeninos en el cine, es precisamente el punto de vista de Anahí Berneri, quien da tridimensionalidad al personaje de “Alanis”, con la cual obtiene la concha de plata en San Sebastián (2017). Una búsqueda para dar vuelta la dimensión de la esclavitud de la mujer por ejemplo en la prostitución, no a lo que hace sino en el como la ven, o como debiese ser y actuar socialmente, en especial cuando se combina su maternidad y su necesidad de placer”, resalta Pereira.
“FAMILIA SUMERGIDA”, de María Alché
En lo profundo del calor veraniego de Buenos Aires, Marcela se enfrenta a la tarea de vaciar el apartamento de su hermana recientemente fallecida, mientras se involucra con un hombre más joven.
“Tras la muerte de su hermana, una mujer entra en un viaje personal que se convierte en una aventura de descubrimiento”, destaca el Director de FICVIÑA. “Dirigida por la destacada actriz María Alché, su primer largometraje, se transforma en una obra hipnótica que combina realismo y momentos oníricos. Con una brillante Mercedes Morán, “Familia sumergida” sorprende en cómo transforma un espacio definido por la rutina y el cotidiano asfixiante en una dimensión perturbadora”.