La pandemia de COVID-19 ha conllevado el confinamiento obligatorio por un largo periodo. Debido a esto, hay menos interacciones sociales y se realiza menos ejercicio, lo que genera consecuencias negativas para la salud física y mental.

La OMS ha indicado que “una alimentación saludable es muy importante durante la pandemia de COVID-19. Lo que comemos y bebemos puede afectar a la capacidad de nuestro organismo para prevenir y combatir las infecciones y para recuperarse de ellas”.

Según Rommy Zúñiga, ingeniero en alimentos y académico del Departamento de Biotecnología UTEM, nuestra alimentación “tiene influencia sobre el funcionamiento de nuestro sistema inmune, por ende, sobre nuestra capacidad para combatir ciertas enfermedades”.

A continuación, el académico entrega recomendaciones de hábitos alimentarios saludables para mantenerse sano en casa durante este periodo de confinamiento.

1. Consumir alimentos variados, dándole prioridad a frutas y verduras. Las frutas y verduras contienen un gran porcentaje de agua, alto contenido de fibra, vitaminas y minerales esenciales para el funcionamiento del organismo. Preferir frutas como snacks (o frutos secos sin sal), antes de productos altos en calorías. Si no existe hábito en el consumo de frutas, se pueden preparar jugos son la necesidad de adicionar azúcar.

2. Reducir el consumo de carnes rojas. Dado el alto precio que pueden tener fuentes proteicas animales (carnes rojas), las legumbres pueden ser un buen sustituto proteico. Sin embargo, deben combinarse con otros alimentos, ya que no contienen todos los aminoácidos que nuestro cuerpo requiere. Al consumir carnes, dar preferencia a las carnes blancas, sobretodo es necesario aumentar el consumo de pescado y productos del mar.

3. Consumir cereales integrales. Estos cereales aportan un mayor contenido de fibra y generan una sensación de saciedad más prolongada, rediciendo el consumo posterior de alimentos.

4. Reducir el consumo de sal. Limitar el consumo de sal y productos con alto contenidos de sal como la salsa de soya y los caldos para condimentar comidas. Recordar que muchos productos procesados ya contienen sal en su composición.

5. Reducir el consumo de grasas. Minimizar el consumo de productos fritos. En lo posible utilizar aceites vegetales y no cocinar con mantequilla o manteca. Preferir alimentos procesados libres de grasas trans (esto aparece en la información nutricional de cada envase).

6. Limitar el consumo de azúcar. Evitar el consumo de bebidas azucaradas, preferir productos son azúcar o que utilicen endulzantes no calóricos. Minimizar el consumo de golosinas en los niños, preferir las frutas.

7. Consumir abundante agua. La mayoría de las guías alimentarias recomiendan un alto consumo de agua durante el día, dos litros al día es ideal. Tomar agua en lugar de bebidas azucaradas es una forma sencilla de limitar el consumo de azúcar y evitar un exceso de calorías.

El académico destaca que “es de suma importancia indicar que ningún alimento ni suplemento dietético puede prevenir ni curar el COVID-19. Por lo que el proceso de vacunación implementado exitosamente en Chile y mantener las medidas de seguridad (distancia física, lavado de manos y uso de mascarilla de forma adecuada) es lo único que nos llevará a controlar el virus”.