or lo general, el ser humano pasa gran parte de su tiempo en espacios interiores, situación que ha incrementado en los actuales momentos que vive la humanidad. Permanecer en sitios cerrados no limita a que se esté expuesto a la contaminación del aire, incluso refieren los expertos que hay mayor peligro que estando en lugares abiertos, por lo que es importante conocer cada una de las fuentes que podrían alterar la calidad del aire que se respira y que puedan terminar afectando la salud de las personas.

Existen dos tipos de fuentes de contaminantes del ambiente interior. Las fuentes primarias son aquellas que generan contaminación debido a su uso o presencia en espacios interiores: combustibles, humo de tabaco, bioefluentes de mascotas, cubiertas de suelos y paredes, pinturas sintéticas, pegamentos, barnices, ceras, plaguicidas, materiales de construcción, aire procedente del exterior (ya que una porción sustancial de la contaminación del aire exterior migra al interior, afectando a su calidad), etc. En general, cualquier producto químico usado o presente en el interior es una fuente de contaminación.

Los procesos químicos que transforman los contaminantes emitidos por fuentes primarias dan lugar a otros nuevos, que son conocidos como contaminantes secundarios (productos de oxidación, partículas, etc.). Esta “química interior” puede darse tanto en la fase gaseosa o sobre superficies y son un sumidero para los contaminantes interiores y a la vez una fuente de nuevos contaminantes.

Preocupación global

El tema de la calidad del aire ha generado preocupación en distintos puntos, siendo la Organización Mundial de la Salud (OMS) uno de los organismos que más veces ha alzado la voz, ya que, según cifras, anualmente 3.8 millones de personas mueren prematuramente por enfermedades atribuibles a la contaminación del aire interior.

Actualmente la OMS presta asistencia técnica a los países para que realicen sus propias evaluaciones y fomenten tecnologías y combustibles domésticos que preserven la salud. También está fortaleciendo la capacidad nacional y regional para hacer frente al problema de la contaminación del aire de interiores, mediante la organización de talleres y promoviendo la elaboración de herramientas que ayuden a diseñar y aplicar políticas relativas al consumo de energía en el hogar y a hacer un seguimiento de las mismas.

Aire de calidad

La revista Archivos de Bronconeumonología, de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (archbronconeumol.org) define la calidad ambiental como la armonía de factores térmicos, acústicos, luminosos y del aire que se respira, que no ha de suponer peligro para la salud y ha de resultar fresco y agradable. El aire interior de una vivienda o edificio no debe contener contaminantes en concentraciones superiores a aquellas que puedan perjudicar la salud o causar malestar a sus ocupantes.

Gran parte de la salud depende del ambiente en el que se vive y trabaja, el control de la calidad del aire interior se hace cada vez más necesario, bien sea a través del control de las fuentes de contaminación o con la implantación de medidas que aseguren una óptima calidad del aire.

Ventilar los espacios siempre será la una buena opción para descontaminar. Otra, los purificadores de aire, que se han convertido en una gran compañía durante el confinamiento. Daikin, un líder del mercado en soluciones climáticas, a la hora de hablar de las ventajas de los purificadores se refiere a los filtros HEPA, capaces de recoger el polvo de manera eficiente con fuerzas electrostáticas; Streamer, una tecnología de descarga de plasma de alta potencia que descompone sustancias nocivas dentro de la unidad, y la tecnología de iones de plasma, que utiliza descarga de plasma para liberar iones en el aire, que se combinan con otros componentes para formar especies activas con fuerte poder oxidante como el radical OH. Estas se adhieren a la superficie de hongos y alérgenos y descomponen las proteínas en el aire por oxidación.

El confinamiento nos enseñó la importancia de un aire interior de calidad. Una lección que nunca más debemos olvidar.