• Estamos a punto de comenzar el verano y se nota. Ya se muestra más piel y menos ropa en la calles, ya que las temperaturas bordean los 30°C en la zona central del país. Sin embargo, no hay que olvidar que así como llega el calor, también aumenta la radiación solar, por lo que hay que cuidarse. Para esto, el Dermatólogo de Clínica Ciudad del Mar, Dr. Miguel Ángel Zúñiga, responde algunas de las principales interrogantes sobre este tema.

¿Cuál es la importancia de protegerse del sol?

La importancia de protegernos del sol radica en que la radiación solar que llega a la tierra puede ir generando daños en toda nuestra piel. Estos daños se pueden apreciar de forma inmediata, tras una exposición sin el debido cuidado, generando las conocidas quemaduras solares, las cuales se pueden manifestar en diferentes grados, desde un enrojecimiento y ardor, hasta incluso a la aparición de ampollas y compromiso del estado general del paciente.

La otra forma de presentación del daño solar es más tardía, debido a la radiación acumulada en el tiempo. Generalmente, se observa en personas sobre los 40 años de edad, con presencia de mayor cantidad de manchas, arrugas, pérdida de elasticidad, sequedad y aparición de lesiones precancerosas y varios tipos de cánceres de piel. También puede observarse en personas más jóvenes, en la medida que la exposición solar haya sido más precoz, prolongada y sin cuidados, como por ejemplo en personas que trabajan o realizan actividades desde corta edad al aire libre y sin los cuidados respectivos.

Es importante destacar que las medidas de fotoprotección adecuadas y permanentes, permiten disminuir la probabilidad de padecer varios tipos de cáncer de piel, razón más que suficiente para justificar su utilización.

¿Hay que protegerse sólo en verano?

Lo correcto es protegerse durante todo el año, de forma permanente. En verano existe la sensación de que hay más sol, pues la sensación térmica es mayor y, por lo tanto, debieran ser los meses de mayor cuidado. Esto es un engaño, ya que en invierno también llega la radiación solar dañina, que es la misma, pero no nos exponemos de forma tan directa e intencionadamente como en vacaciones. Por otro lado, es importante recalcar que con el cambio climático que estamos viviendo, vemos inviernos cada vez más cortos y con mayor cantidad de días soleados, lo que es una razón más para cuidarnos el año completo.

¿Sólo hay que protegerse cuando hay exposición directa?

La protección solar debiera ser en todo momento, tanto si estamos o no expuestos directamente al sol. Se sabe que a través de los vidrios de las ventanas también pasa radiación solar que puede dañar nuestra piel. Además, personas que trabajan bajo techo y en ambientes de oficina es conveniente que se cuiden, pues la luminaria artificial también emite radiaciones que afectan a la piel.

¿Qué medidas sencillas se pueden tomar para protegerse del sol?

El Dermatólogo de Clínica Ciudad del Mar, Dr. Miguel Ángel Zúñiga, puntualiza que el concepto de fotoprotección no sólo se refiere al uso de filtros solares, sino a un conjunto de medidas que ayudan a proteger la piel del daño solar:

• Usar de filtros solare desde un factor 30 hasta un 50 es apropiado. La diferencia entre un factor 30 y 50 es mínima y arriba del factor 50 ya no hay diferencias apreciables que hagan decir, por ejemplo, que un factor 100 es mejor que un factor 50. El filtro debemos aplicarlo 20 a 30 minutos antes de exponerse al sol y luego ir reaplicando cada 3 horas. Lo ideal es que la piel expuesta sea totalmente cubierta. Recordar entonces aplicar filtro solar tanto en invierno como en verano.

• Usar de anteojos oscuros, ojalá certificados en relación a su protección UV.

• Usar sombreros de orla ancha, que proyecten sombra hasta más allá del cuello.

• Buscar lugares con sombra o bien priorizar ambientes bien protegidos del sol.

• Usar ropas de colores oscuros, con trama de tejido compacta, que ojalá cubra las extremidades. Las vestimentas certificadas para protección UV son ideales.

• Preferir quitasoles gruesos, de género y color oscuro. Los plásticos o aquellos de trama laxa que permiten la visualización a través de ellos por transparencia no protegen con la misma efectividad. Lo óptimo es comprar quitasoles certificados para protección contra la radiación ultravioleta.

• Evitar la exposición solar entre 10:00 y 16:00 horas.

• Dar preferencia a los hábitos al aire libre posterior a la retirada del sol, por ejemplo, si nos gusta salir a correr o caminar, hacerlo cuando el sol está en retirada al atardecer o cuando ya se ha ido.

• Niños menores de 6 meses no deben ser expuestos al sol ni debe aplicárseles protector solar.

• Beber abundante líquido en los días de verano, idealmente 2 litros al día. Preferir jugos de frutas naturales, pues sus antioxidantes ayudan a contrarrestar el efecto dañino del sol.

• Aplicar abundante crema hidratante en cuerpo, sobre todo en los días en que se hagan actividades al aire libre, o se encuentren en playas y piscinas.