Las dietas milagrosas no existen y lo más probable es que te produzcan un efecto rebote al cabo de un tiempo, afectando nuestra salud y el objetivo de perder peso de manera estable y perdurable en el tiempo.

Los niveles de sedentarismo en el país aumentaron de manera exponencial debido a los más seis meses de cuarentena que trajo como consecuencia el COVID-19, sin embargo, recientemente con la vuelta a la normalidad, se ha incrementado el número de personas que están asumiendo cambios de hábito para recuperar la figura de cara al venidero verano. Y en este camino hay quienes deciden tomar “atajos” para lograr ese objetivo del cuerpo soñado en el menor plazo posible, lo cual sin duda es un error.

Tener momentos de actividad en el día para romper la quietud o realizar de forma regular ejercicios programados, indiscutiblemente es una práctica que te ayudará a mantener cuerpo y mente saludables.

Ahora bien, a la hora de tener como objetivo principal “perder peso”, el ejercicio físico es sólo una parte de nuestra tarea, el éxito o fracaso, dependerá en gran parte de la motivación que tengamos y una correcta alimentación.

Giselle Koch, nutricionista de Figurella, (sistema de reducción de medidas, único para mujeres, certificado por contrato y con más de 8 años en Chile) nos cuenta los errores más comunes que cometen las personas a la hora de iniciar un proceso de cambio de hábitos:

  1. Desmotivarse: es importante que seas realista y antes de comenzar un cambio en tu alimentación, tengas en cuenta que el proceso es lento y requiere de un trabajo consciente y constante, ya que se trabaja en modificar hábitos, para lo que no existen tiempos definidos, por lo que es necesario esperar un período de semanas para verlo reflejado en los cambios corporales.
  2. Optar por una dieta milagrosa: El acceso a Internet y el mundo digital nos pone frente a dietas milagros, suplementos prometedores y una cantidad de información que nos puede llevar por el camino menos saludable, algunas sugieren la reducción de ingesta de carbohidratos, consumo excesivo de proteínas, hasta no comer por varias horas y tomar puros líquidos. La realidad es la siguiente: En cuanto a la nutrición, lo atajos no son buenos. Esto puede producir un efecto rebote al cabo de un tiempo, y las consecuencias no sólo afectan a nuestra salud, sino nuestro objetivo de perder peso de manera estable y perdurable en el tiempo.
  3.  Reducir drásticamente la ingesta de comidas: Pasar hambre nunca será la solución. Es cierto que debe existir un déficit calórico, consumir al día menos calorías de las que se utilizan o gastan, pero no se trata de morir de hambre, sino de hacer una correcta elección de alimentos con menor densidad de calorías, pero que aún así seguirán aportando nutrientes y además te darán saciedad, tales como: legumbres, cereales, carnes magras, frutas enteras, vegetales, lácteos descremados, etc.
  4. Menos momentos o tiempos de comida en el día: Consumir varias comidas, o tener varios tiempos de comidas diarias hará posible que controles mejor el apetito, y con ello evitarás el “picoteo”.
  5. Mala calidad del sueño: Dormir bien o mal va a ser crucial a la hora de regular nuestro organismo. Tener una buena calidad del sueño asegurará que nuestro organismo se recupere adecuadamente y mantenga regularizados nuestros ciclos hormonales, de lo contrario, pueden verse afectados estos ciclos hormonales, y afectar hormonas encargadas de regular nuestro apetito.
  6. Evita el estrés: El estilo de vida estresado es perjudicial para mantener nuestro organismo en equilibrio, más, si estamos comenzando un proceso de cambio de hábitos alimentarios. Raramente conseguirás comer a las horas idóneas, prepararte la comida correcta y disfrutar de tus platos.
  7. Romper la quietud, sumar más movimiento y realizar ejercicio de forma regular: mantener un buen componente muscular y funcional, es clave para poder disminuir los depósitos grasos almacenados de forma excesiva. Por lo que se hace necesario combinar los aspectos nutritivos con la práctica de actividad o ejercicio físico de forma regular. Sin este último factor, difícilmente lograrás provocar el déficit energético de forma saludable.
  8. No incluir frutas: Las frutas son alimentos con pocas calorías, pero un valor nutritivo muy alto. Además, contienen fibra que ayuda a regular nuestro tránsito intestinal y nos hacen sentir saciedad.
  9. No controlar el azúcar y la sal: Mientras la sal es responsable de la retención de líquidos, el exceso de consumo de azúcar aumenta los niveles de insulina.
  10. Comer productos light: Existe mucho marketing detrás los productos light, que la mayoría de las veces ni siquiera es en referencia a su bajo contenido de calorías, en la medida de lo posible, es mejor evitarlos.

Estos consejos generales, te ayudarán a disminuir el sedentarismo y mantenerte el ritmo. Hacer ejercicio al menos tres veces por semana te permitirá mantenerte en forma. En Figurella, sistema de reducción de medidas que combina 30 minutos de ejercicios localizados en una cabina térmica, con 15 minutos de oxigenoterapia y 15 minutos de presoterapia, es un método que te ayudará a reducir medidas sin efecto rebote.