Por: Elizabeth Salazar T.

“Maudie, el color de la vida” es una película del año 2016, que esta inspirada en la vida de la pintora canadiense Maud Lewis y de su relación con quien se convertiría en el amor de su vida   Everett Lewis, un pescador bruto y mal genio con quien trabaja desde muy joven para obtener su independencia.

Desde el comienzo del film, podemos ver lo determinada que fue Maudie buscando su propio destino, a pesar de tener cierto grado de dificultad física para movilizarse y no quedando a expensas de su familia. Debo confesar que me desagrado el trato que le da Everett Lewis (Ethan Hawke) a Maudie (Sally Hawkins), pues en su relación, se pueden apreciar momentos de maltrato y machismo en su máxima expresión, pero a medida que llega a conocerla se enamora de ella, logra dar un vuelco tremendo a la trama, afortunadamente.

La interpretación de Sally Hawkins (“La forma del agua”), es realmente conmovedora, a pesar de lo frágil que puede parecer a ratos su personaje, tiene una fuerza interior inmensa. En el caso de Ethan Hawke (“Antes del amanecer”), su actuación logra llevarnos del odio a la ternura, así de extremo logra ser. La película tiene una bella ambientación y su argumento tiene un buen ritmo que permite que el espectador enganche fácilmente con la historia. Además, es interesante ver, como casi de forma casual Maudie, descubre su gusto en la pintura y de a poco va encontrando su estilo.

Una bonita película de esfuerzo, que nos inspira en seguir nuestros talentos a pesar de las dificultades que se nos presentan.

Director: Aisling Walsh

Duración: 116 Minutos

La pueden ver en Netflix 

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