Se trata de la que tenemos como respuesta a nuestras emociones, al estrés o bien por aburrimiento. Qué hacer? acá te lo aclaramos.
Por Rebeca Ubilla M
El mayor tiempo que pasamos en casa ha comenzado ha tener variados efectos, siendo uno de ellos el de nuestra alimentación. No es de extrañar que en estos días de encierro sintamos más hambre o las simples ganas de comer determinadas cosas. A esto se llama hambre emocional. Para enterla y aprender a combatirla conversamos con la coach en nutrición y salud, Loreto Cárdenas, quien nos aclaró:
¿Qué es el hambre emocional?
-El hambre emocional es la que tenemos como respuesta a nuestras emociones, al estrés o bien por aburrimiento. Es un tipo de ansiedad que nos hace comer, no porque tengamos hambre, sino por problemas personales que no sabemos gestionar. Comer de forma emocional es un hábito que hemos adquirido a lo largo de los años. Cuan hábito se establece, es una forma que tiene nuestro cerebro de hacer las cosas de forma automatizada.
¿Cuáles son sus características?
Es repentina, es urgente, quieres ser satisfecha de inmediato, te da deseo de comidas específicas, se relaciona con emociones y sentimientos del momento y hay antojos por alimentos ricos en grasa, sal y azúcar. Además, sentir plenitud no basta, la comida no te satisface y no puedes parar de comer. Genera sentimientos de culpa, vergüenza y tristeza. También puede perjudicar nuestra salud e incrementa el riesgo de obesidad.
¿Cómo diferenciar el hambre emocional y el hambre fisiológica?
El Hambre fisológica se basa en el instinto de alimentarnos para obtener los nutrientes que nuestro organismo necesita para sobrevivir y funcionar Produce una sensación corporal localizada en el estómago, es progresiva y va apareciendo poco a poco, puede esperar, cualquier opción de comida puede saciarla, estar satisfecho es suficiente, te sientes mejor al terminar de comer y no te genera sentimientos negativos.
–¿Qué podemos hacer para combatir el hambre emocional?
-Cuando sientas este tipo de hambre pregúntate: ¿En dónde me encuentro? ¿Qué hora es? ¿Cómo me siento? ¿Tengo hambre o no tengo? ¿Quién está a mi alrededor? ¿Qué estoy haciendo en este momento? Además, Para intentar romper con este hábito y sustituye la comida por otra acción que te produzca la misma recompensa.
Acá algunos ejemplos:
-Haz ejercicio físico: esto nos activa el sistema de recompensa, dándonos una sensación de calma y tranquilidad.
-Lee un libro, escucha música que te relaje y te inspire.
-Da un paseo.
-Prepararte un buen baño caliente.
-Pon tu cronómetro 5 minutos. Durante este tiempo, distrae tu mente con alguna actividad.
-Muchas veces se confunde el hambre con la sed. Ten a la mano agua fresca.
-Usa una pelota suave anti-estrés para calmar los nervios.
Respira profundo.
Dibuja y pinta lo que se te ocurra.
-Llama a algún amigo por teléfono y cuéntale cómo te sientes
-Haz algunas flexiones de repetición.
-Optar por alimentos más saludables entre horas. Haz una lista de ellos y opta por ellos cuando sientas el hambre emocional.
-Come tus comidas tranquilo y sentado.
-Tragar toda la comida antes de dar el siguiente bocado.
-Identifica cuándo tenemos hambre e intenta comer sólo cuando nuestro cuerpo lo identifique.
-Utiliza todos los sentidos.
-No hace falta sentir que tenemos el estómago completamente lleno para parar.