José Antonio Álvarez de Toledo y Mella
Vicerrector académico AIEP
En el contexto del Día de Internet y a raíz de la pandemia del COVID-19, es relevante hablar acerca de la educación que en todos sus niveles ha tenido que adoptar, en gran parte de sus casos, nuevos mecanismos y modalidades de enseñanza, transformando los sistemas online en la herramienta para dar continuidad a los planes de estudios.
Esta modalidad en otras latitudes se usa en mayor porcentaje en toda época del año, aumentando las matrículas online en forma significativa a los diversos cursos, carreras, diplomados y maestrías que ofrecen. En el caso del continente sudamericano Brasil alcanza un 17,1% de matrículas online. Realidades más lejanas muestran que Australia posee un 16,4% y Estados Unidos un 15%. En Chile, sólo un 2,9% es matrícula no presencial, surgiendo la interrogante de qué ocurre en el país.
En nuestro caso hemos podido aplicar de forma exitosa esta modalidad desde el inicio de la crisis como una medida para cuidar a todos nuestros estudiantes, colaboradores y docentes. La decisión de implementar de forma íntegra clases en modalidad online y telepresencial, nos permite respetar los calendarios académicos, sin que se generen retrasos en los procesos educativos.
Respecto de algunas visiones disonantes en torno a la modalidad Online y telepresencial que han surgido, es preciso entender las tecnologías como mediadoras de la educación para ofrecer soluciones a las diversas problemáticas que podamos enfrentar, y en este caso particular, ante una pandemia a la cual estamos expuestos, la flexibilidad y adaptación a estas nuevas realidades permitirán el éxito de los procesos educativos.
En nuestro caso, hemos tenido la primera experiencia de titulación a distancia o telepresencial, en la cual un estudiante dio su examen de grado desde su hogar. Ello mediante conexión desde su celular y utilizando su televisor como proyector, todo con apoyo de la institución, resultando en una experiencia exitosa.
Las modalidades online nos han permitido realizar más de 360 mil sesiones, con cerca de 300 mil horas cronológicas, equivalentes a más de 34 años continuos. Sin lugar a dudas un gran logro y proyección a futuro de estas herramientas
Son procesos de los que todos estamos aprendiendo, no sólo en el sector educacional. La crisis sanitaria vino a ‘apurar’ la incorporación de las tecnologías digitales para seguramente hacerlas parte de nuestro quehacer y para siempre.