Chile es el país que más gasta y consume en chocolate, superando incluso a países productores de granos, esto ha hecho que nuestro paladar se vuelva más exigente, buscando productos más sanos, con mayor porcentaje de cacao y sustentables.
Amargo, de leche o blanco, independiente de cuál sea, está claro que los chilenos somos fanáticos del chocolate, de hecho somos el mayor consumidor de América Latina, superando incluso a países productores como Brasil, Colombia y México.
Un estudio realizado por Euromonitor reveló que el consumo per cápita de chocolate en nuestro país es de 2,2 kilos al año, esta cifra además de ubicarnos como los líderes de la región, nos deja como el que más gasta en este producto, donde destinamos anualmente alrededor de US$30.
Pero, ¿Cuándo comenzó esta tendencia? Si bien siempre los chilenos hemos sido amantes del chocolate, no fue hasta los años 90 en que el grupo Puratos –empresa de origen belga y con más de 100 años de trayectoria-, trajo a nuestro país Belcolade, la primera marca de chocolate real, esto cuando en el mercado nacional solo existían sucedáneos y coberturas.
Desde esta fecha nuestra sociedad ha ganado experiencia y por consecuencia un paladar más sofisticado, generando que la industria chocolatera tenga que complacer e innovar constantemente para satisfacer las demandas y preferencias: “Hoy es usual que la gente lea y estudie los componentes del chocolate”, declaró Sebastián Romero, chef de Puratos Chile y especialista en chocolatería.
El chef asegura que esto ha sido reflejado en la demanda de productos, donde el consumidor es más exigente y busca que la materia prima del chocolate sea de origen. Además, considera que a la fecha hay tres tendencias de la industria debido a las demandas de los consumidores: la inclusión de productos con más porcentaje de cacao, la sustentabilidad y el hecho de ampliar la gama saludable.
Antes mientras más dulce fuera un chocolate mejor, ahora el panorama cambió y los chilenos buscan probar porcentajes elevados de cacao. En los últimos cinco años, los chocolates amargos –correspondientes a productos con un 55% o más de cacao- han llegado a revolucionar nuestro país. De hecho, según el experto, se ha demostrado que mientras una persona más consume chocolate más va aprendiendo y buscando estos altos porcentajes.
Chocolate con gusto a manjar y el cuidado de los cultivos
En cuanto a la sustentabilidad, uno de los mayores problemas de la industria es el desarrollo de la materia prima. El aumento del consumo, el complejo escenario de los cultivos por el cambio climático y las plagas, hacen que afecten directamente a la industria.
Hoy, el grupo belga cuenta con el programa Cacao-Trace, donde se busca, mediante capacitaciones, mejorar las prácticas de los productores de cacao y a la vez conseguir un producto más sostenible. Para ello, se han desarrollado centros de acopio en lugares claves para la producción, dando la posibilidad a que los agricultores lleven sus granos. Además, en estos recintos se controla la fermentación del producto, lo que consigue una mejor materia prima y a la vez un menor impacto en el medio ambiente.
Dentro de las innovaciones en esta área, Puratos lanzó este mes, en un evento realizado en el Mandarín Oriental (Ex Hyatt), dos nuevos productos que cuentan con la certificación Cacao-Trace. Se trata de Amber un chocolate blanco que tiene como base en su receta leche caramelizada, lo que entrega un sabor similar al manjar. El segundo producto es el Papúa Nueva Guinea 73%, chocolate que está hecho con granos secados sin humo, preservando sus sabores.
Por último y uno de los temas que más le importa a la sociedad es el hecho de conseguir un chocolate saludable. Actualmente hay más veganos y vegetarianos en nuestro país, esto sumado a que la sociedad en general está consumiendo menos azúcar porque se preocupan de su salud.
Un hecho que muchas personas desconocen es que todos los chocolates con 55% de cacao -considerados como amargos- pueden ser consumidos por veganos, esto porque su elaboración se basa en los granos y la manteca de cacao. Obviamente, para estar seguros, hay que leer las etiquetas.
El consumo de chocolate en nuestro país seguirá aumentando y se espera que los próximos años las chocolaterías de nuestro país incluyan una mayor variedad de productos que cumplan con las demandas de las nuevas generaciones.