La infertilidad femenina y masculina es una realidad que afecta aproximadamente al 15% de las parejas en edad reproductiva, personas que deambulan en el sistema de salud.
Las isapres deben cubrir los mismos códigos que tiene el FONASA y cancelar al menos el 50% de los que FONASA pagará, cubriendo cerca de $1.700.000.
Hasta hace unos meses, en Chile las parejas con infertilidad no se consideraban afectadas por una enfermedad, por lo tanto no estaba codificado por el FONASA, ni las isapres. Sin embargo, en Febrero de este año, el Estado emitió un comunicado y estableció un paquetizado de alta complejidad (Fertilización in vitro – FIV) concediendo el derecho de optar a programas de fertilidad. En este sentido, las isapres deben cubrir los mismos códigos que tiene el FONASA y cancelar al menos el 50% de los que FONASA pagará, cubriendo cerca de $1.700.000.
La infertilidad femenina y masculina es una realidad que afecta aproximadamente al 15% de las parejas en edad reproductiva, personas que deambulan en el sistema de salud y que muchas veces no son derivadas a un especialista en medicina reproductiva luego de muchos años, en los que además se suman embarazos fallidos con una enorme carga física y emocional. Desde este año, el Estado chileno estableció un paquetizado de alta complejidad que cubre parte importante de todo programa de fertilidad en el sistema de salud público como privado.
La prevalencia de infertilidad aumenta en la medida que la mujer envejece, siendo el punto de quiebre alrededor de los 35 años. En Chile hay más de 1.800.000 mujeres entre 25 y 40 años y se estima que 10% de las mismas son infértiles, y de ese total, otro 10% requerirá terapia de fertilización asistida.
Cumplidos los 35 años en la mujer, ocurren dos hechos, disminuye el número de óvulos que la mujer dispone y esos óvulos tienen mayores tasas de aneuploidías; es decir, alteraciones cromosómicas que derivan en dificultades para embarazarse o mayor tasa de abortos espontáneos. Esa es la razón por la cual toda mujer debiera planificar su maternidad antes de dicho plazo, y de ser posible, considerar la preservación de sus óvulos jóvenes ante la eventualidad de estudios de posgrado, viajes o el no haber encontrado la pareja indicada para procrear.
Las unidades de medicina reproductiva hoy cuentan con tecnología de punta, además de programas de evaluación de óvulos y espermios, y un diagnóstico genético
preimplantacional, que los ubican al nivel de la medicina internacional.
Según el Dr. Antonio Carvajal, Jefe de la Unidad de Medicina Reproductiva de la Clínica Indisa, existen procedimientos de reproducción que son de baja complejidad como la inseminación intra uterina (IIU) ; o de alta complejidad, como es la fertilización in vitro (FIV).
Respecto del nuevo paquetizado de salud, el especialista señala que “Este paso
democratiza el sueño de la maternidad y paternidad, dando acceso a todos a los innumerables avances en tecnología, además de estudios de aprobación para aquellas pacientes que no tienen óvulos (programa de ovodonación), programa de espermios de donantes, para que aquellos pacientes que tienen espermios de mala calidad o no los tienen; y estudios genéticos preimplantacionales, que se realizan al embrión en el día 5 del ciclo para evaluar alteraciones genéticas, incompatibles con la vida o que hagan que las tasas de embarazos disminuyan. Chile está al nivel de los mejores centros de reproducción
en el mundo hoy en día”.
El especialista invita todo profesional de la salud, sean médicos, matronas o enfermeras, a estar atentos a escuchar una inquietud de fertilidad, y derivar oportunamente para un estudio después de los 35 años. “Tenemos que educar al ecosistema en salud para una intervención interdisciplinaria oportuna y asertiva, de modo que las parejas no den vueltas en el sistema haciéndose exámenes, sino que ganen tiempo en tratamientos, porque el objetivo de ellos es tener un bebé en la casa, no hacerse exámenes”, asevera el Dr. Carvajal.
Señala que no existen restricciones para personas que optan a solas por buscar fertilización (programa espermios de donantes traídos desde Criobank, California, banco de Estados Unidos), así como para parejas homosexuales. El nuevo paquetizado de PAD FONASA cubre un ciclo de fertilización in vitro, que incluye fármacos para inducción de ovulación, seguimiento folicular, aspiración folicular, laboratorio de reproducción para formación de los embriones, transferencia de embriones y crío preservación de los mismos. Una vez logrado el embarazo, la mujer vuelve a manos de su perinatólogo tratante. Opcionalmente, antes de transferir el embrión, puede realizarse una biopsia (sin dolor para el embrión) y evaluar si existe alguna anormalidad. Este último procedimiento de Biopsia Genética, que se realiza utilizando un rayo láser, no está cubierto por este sistema y, de realizarse, es de costo de la paciente.
Para el doctor Carvajal es sumamente importante ofrecer una atención integral a las parejas con infertilidad, con apoyo de médico, TENS y enfermeras especializadas en infertilidad, matrona, biólogo y psicólogo, dado que el perfil de este paciente es altamente vulnerable por la historia personal de infertilidad.
El especialista comenta que existe un beneficio, no muy difundido, que aplica en casos de pacientes con cáncer, por ejemplo cáncer de mamas, que consiste en un programa solidario hormonal, aportado por un laboratorio, que permite realizar una inducción de ovulación de emergencia y aspiración folicular para extracción de los óvulos antes de iniciar quimioterapia, que de seguro afectará gravemente su reserva ovaria, recomendando la congelación de sus óvulos.
Jacqueline Lepe, matrona de la Unidad de Medicina Reproductiva de Indisa, señala que el diagnóstico de infertilidad es sumamente complejo, tanto para el hombre como para la mujer. Explica que “Existen causales masculina, femeninas y otras mixtas, siendo una realidad muy dura no solo para las proyecciones de una familia, sino también un proceso muy desgastador en lo físico, emocional, social y económico. Desde un comienzo hay que informar claramente las distintas opciones en el tratamiento de la infertilidad, sus etapas y resultados estadísticos, y cuando la paciente va a llegar a un ciclo de tratamiento solemos trabajar junto a grupos de pacientes, para así generar empatía en este proceso”. El tratamiento hormonal es autoadministrable, por lo que las pacientes reciben información para obtener y transportar de forma segura las hormonas, cómo preparar las dosis y los síntomas esperados.
Asimismo, Cecilia Weinmann, psicóloga de la misma Unidad, destaca la importancia de acceder a un tratamiento integral con apoyo psicológico, ya que el perfil de pacientes y parejas es muy sensible y al llegar a tratamiento, han superado uno o varios duelos, lo que acentúa cuadros de ansiedad y estrés ante un nuevo ciclo. “Intervenciones individuales o grupales, apoyo mediante músico-terapia y técnicas de relajación, son herramientas fundamentales para apoyar este proceso de fertilización y mejorar las condiciones emocionales de la paciente y la pareja”.
La Unidad de Medicina Reproductiva de Indisa espera desarrollar en el año 2020 extensión de educación y algunas investigaciones clínicas en base a resultados de embarazos mediante fertilización asistida, así como diagnóstico genético, óvulos de donación, espermios de donante y diagnósticos genéticos preimplantacional.