Desde el 18 de octubre la vida de los chilenos no responde a sus rutinas habituales. Hay muchos factores de cambio que pueden llevar a problemas alimenticios, que en conjunto con el grado de estrés, puede terminar en una patología mayor.

 

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) corresponden a un grupo de enfermedades de salud mental, son de origen multifactorial. Se han agrupado en tres entidades: la bulimia nerviosa, la anorexia nerviosa y el trastorno alimentario no especificado y hace unos años atrás se agregó el trastorno por atracón o bingeeatingdisorder. El factor común entre estos es la obsesión por el peso, distorsión de la imagen corporal y usar la restricción o ingesta aumentada de alimentos como forma de regulación emocional y peso corporal. En el escenario actual es probable que aumenten este tipo de cuadros.

Los más frecuentes en nuestro país son trastorno por atracón, bulimia y anorexia nerviosa, la prevalencia fluctúa según la edad del grupo estudiado y los instrumentos aplicados, en Chile se estima de un 0,4 a un 15%. Algunos estudios indican una prevalencia de 6% de la población.

“El atracón, en general responde a estrés emocional, estos días todos hemos estado sometidos a situaciones de estrés, cada persona responde y busca mecanismos de contención de manera distinta, y muchas veces usamos la alimentación como contención emocional, esto, debido a algunos nutrientes actúan como reguladores de ánimo, entonces no es raro, que aumente la tendencia a comer dulces, masas, cosas ricas, como forma de sentir bienestar ante la sensación de molestia, angustia o  incertidumbre. Lo que podemos hacer para ayudar a algún amigo o pariente que nos diga esto, es conversar sobre lo que siente y le pasa, enfocado en las emociones, es transmitir, estoy aquí contigo. Es importante tratar de mantener los tiempos de comidas estables, para no sentir hambre y evitar atracones, en caso de no poder evitarlo, no sentirse culpable o ni buscar manera de compensar la ingesta, es mejor conversar con alguien, entendiendo que este comportamiento alimentario es transitorio y responde a estrés emocional”, enfatiza Cecilia Sepúlveda, Presidenta del Colegio de Nutricionistas.

 Grupos de riesgo

Dentro de los grupos de riesgos están el ser mujer (aunque el TCA en hombre ha aumentado), también ser adolescente, tener una historia familiar de trastornos alimentarios;  otros factores pueden ser psicológicos y de personalidad (perfeccionismo, muy complaciente con los demás, dificultad para comunicar las emociones negativas, dificultad para resolver conflictos, baja autoestima), factores parentales (padres sobreprotectores).  Y existen los factores gatillantes: Abuso sexual, dieta, presión social por delgadez, dietas hipocalórica, antecedente de sobrepeso u obesidad.

Al inicio los síntomas pueden pasar desapercibidos, sobre todo en casos con sobrepeso previo, pero los síntomas de alerta a los que hay que estar atentos, son la excesiva preocupación por las calorías de las comida, eliminación de  grupo de alimentos (carnes, carbohidratos y grasas), evitar comer con más personas, disminución de la  actividad social, aumento de la actividad física de manera evidente. Otros  son los cambios bruscos de ánimo, insomnio, baja de rendimiento escolar, la persona se sobre abriga en días de calor.

Debido al componente de imagen corporal, los trastornos de la conducta alimentaria,  habitualmente se presentan en edad puberal, sobre los 10 a 12 años y pueden mantenerse en la adultez.

 Cómo prevenir

Para la presidenta del gremio, la comunicación con los hijos es esencial, sobre todo en estos días, “esto permite detectar cambios de conducta, es importante, no enviar mensajes en los cuales se da reconocimiento a las personas por su imagen corporal, no hacer comentarios respecto al peso asociándolo a éxito (más delgada te ves más linda, todos te van a envidiar, etc), en los más pequeños estar al tanto de las páginas web y grupos que visitan ( existen paginas pro anorexia y bulimia), comer en familia al menos una vez por semana, estudios indica que sólo esto previene el desarrollo de TCA. En el caso de sobrepeso deben asesorarse para llegar a peso saludable y enfocarlo siempre en salud, no en belleza. Ante cualquier sospecha buscar ayuda”.

El diagnóstico lo realiza un psiquiatra, habitualmente son derivados a psicoterapia que es un puntal del tratamiento, la intervención nutricional coopera con la mejoría de los pacientes y previene recaídas también. Se ha visto que cuando los pacientes son tratados por equipos multidisciplinarios con experiencia en TCA, el resultado es más exitoso.