Mantener una dieta que incluya distintos grupos de alimentos como cereales, frutas, verduras, lácteos, carnes magras, pescados, legumbres, aceites y un consumo moderado de alimentos ricos en azúcar y sal, podrían ayudar a reducir las probabilidades de desarrollar ciertos tipos de cáncer.

 

El cáncer es la segunda causa de mortalidad en nuestro país con un 25% luego de las enfermedades cardiovasculares. Se proyecta que sea la primera causa en unos años más y lamentablemente, ya es la primera causa de mortalidad entre los 40 a 80 años de edad y de acuerdo a especialistas, entre un 30 y 40% de los cánceres pueden ser prevenibles.

Constanza Figueroa, docente de la Carrera de Nutrición y Dietética de la Pontificia Universidad Católica, Nutricionista del Equipo de Cuidados Paliativos del Hospital Red-UC Christus y del Centro del Cáncer de la UC, asegura que mantener una dieta saludable que incluya distintos grupos de alimentos  en forma balanceada, podrían ayudar a reducir las probabilidades de desarrollar ciertos cánceres.

Otro aspecto fundamental, en opinión de la nutricionista, es la realización de actividad física, la cual además de ayudarnos a mantener un buen estado nutricional constituye un factor protector de algunos tipos de cáncer como el de estómago, mama y páncreas, entre otros.  La obesidad es una enfermedad asociada al desarrollo de cáncer, enfermedad que ha sufrido un gran aumento en nuestro país, donde actualmente el 34.4% de los mayores de 15 años presenta esta condición.

“En el caso de personas con cáncer, se recomienda llevar una alimentación saludable y equilibrada, para evitar la presencia de otras enfermedades, favorecer una buena tolerancia al tratamiento oncológico, recuperación en casos de cirugías, y manejar alteraciones metabólicas producidas por el mismo cáncer y sus tratamientos”, añade Figueroa.

Un aspecto importante por considerar en personas presentan cáncer, es la presencia de síntomas que pueden condicionar su alimentación, como pérdida de apetito, náuseas, vómitos, alteraciones del sabor, lesiones en la cavidad oral, entre otros; esto condicionado al tipo de cáncer y tratamiento recibido. Frente a esto, Constanza Figueroa señala que es recomendable procurar una adecuada asesoría nutricional previo al inicio de cualquier tratamiento, y evitar así un deterioro del estado nutricional que pueda inclusive llevar a la suspensión del mismo.

Finalmente, en estadios más avanzados de la enfermedad, cuando no hay posibilidad de tratamiento; es fundamental privilegiar la calidad de vida del paciente y su familia, evitando malestar o traumas asociados a la alimentación, fomentar el consumo de alimentos que le son agradables de acuerdo a la tolerancia de cada persona y evitando intervenciones nutricionales injustificadas que no contribuyan positivamente a la calidad de vida del paciente.

En relación a la prevención, existen organizaciones especializadas en la asociación de factores dietarios y riesgo de cáncer, como la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (IARC por sus siglas en inglés) y World Cancer Research Found (WCRF por sus siglas en inglés), esta última dedicada a la investigación sobre la prevención del cáncer en relación a la dieta, peso corporal y actividad física.

También, las sociedades de nutrición a nivel internacional han publicado guías para el tratamiento de cáncer en general y para algunos tipos, indicando las consecuencias de esta enfermedad en el estado nutricional, impacto de los tratamientos, medidas dietéticas a realizar y cómo evaluar a los pacientes en las distintas etapas del cáncer (tratamiento quirúrgico o no, cuidados paliativos, entre otros).

Octubre es el Mes de la Sensibilización del Cáncer de Mama, primera causa de mortalidad en las mujeres de nuestro país, con una tasa de 4 mujeres fallecidas al día por su causa y detección tardía. En este sentido, la docente Constanza Figueroa señala que dentro de los factores de riesgo además del antecedente familiar, destaca el inadecuado estado nutricional y el consumo de bebidas alcohólicas. “Específicamente el exceso de peso y grasa corporal, son aspectos relacionados con una alimentación inadecuada y el sedentarismo. Es importante prevenirlo mediante el autoexamen de mama y realización de mamografías, este último examen está incluido en las garantías explícitas en salud con la realización de mamografías cada dos años en mujeres de 50 a 74 años. Intentemos llevar hábitos saludables, tanto en el ámbito físico, mental y espiritual, que nos ayuden a mantener un estado de salud lo más óptimo posible”, concluyó la nutricionista oncológica.

 

A tener en cuenta:

La especialista recomienda:

  • Mantener un peso saludable, comiendo sano y realizando actividad física diariamente.
  • Pasar menos tiempo frente al computador o la televisión, caminar a paso rápido, mínimo 30 minutos al día.
  • Comer alimentos con poca sal y sacar el salero de la mesa.
  • Evita el azúcar, dulces, bebidas y jugos azucarados. Acá quisiera destacar más allá de los sellos nutricionales, si no que la lectura de los ingredientes del producto en el etiquetado nutricional, intentemos consumir aquellos productos en donde conozcamos los ingredientes, evitar aquellos ultra procesados con ingredientes desconocidos.
  • Evitar las frituras y alimentos con grasas como cecinas y mayonesa.
  • Comer 5 veces verduras y frutas frescas de distintos colores, cada día.
  • Consumir 3 veces al día lácteos bajos en grasa y azúcar.
  • Comer pescado al horno o a la plancha, 2 veces por semana.
  • Consumir legumbres al menos dos veces por semana, sin mezclarlas con cecinas.
  • Tomar 6 a 8 vasos de agua al día.
  • Leer y comparar las etiquetas de los alimentos y preferir los que tengan menos grasas, azúcar y sal (sodio).