- Si bien se trata de una condición normal y fisiológica en los menores de 2 años, el 85% de los tratamientos son quirúrgicos, los cuales incluyen prepucioplastía, circuncisión total o circuncisión parcial.
- Hoy, en Chile, esta enfermedad afecta a un 85% de los recién nacidos, y solo cerca de un 1% o 2% de los adultos presentan una fimosis que no fue tratada durante la infancia.
La fimosis es la estrechez del prepucio que impide o dificulta retraerlo fácil y cómodamente para descubrir el glande en forma total. Se trata de una condición normal y fisiológica en los menores de 2 años que afecta a un 85% de los recién nacidos. Hoy, en Chile, solo cerca de un 1 o 2% de los adultos presentan una fimosis que no fue tratada durante la infancia.
Durante los primeros años de vida, la fimosis se resuelve espontáneamente en la mayoría de los niños, generalmente a eso de los tres o cuatro años, y sólo un 1% de los adolescentes continúa presentándola a los 17 años. Sin embargo, existe además una forma de fimosis adquirida, por una reacción dermatológica de causa desconocida, llamada balanitis xerótico-obliterante.
El doctor Francisco Reed, urólogo infantil de Clínica Santa María, señala que “una de las causas más probable y frecuente de adquirir la fimosis es por la falta de elasticidad en la piel prepucial que condiciona una estrechez. Otras, son las infecciones repetidas del pene (balanitis/balanopostitis), enfermedades de la piel (balanitis xerotico-obliterante) e incluso cicatrices causadas por masajes prepuciales”.
El experto señala que si bien no se puede prevenir la fimosis, al no realizar ejercicios prepuciales se disminuye el riesgo de producirla. Una vez diagnosticada la fimosis, – con un exámen médico, de preferencia por un cirujano o urólogo infantil-, el experto señala que en algunos casos se puede emplear un tratamiento tópico (con una crema) que tiene solo un 15 % de efectividad y que el 85% restante de los tratamientos son quirúrgicos, los cuales incluyen prepucioplastía, circuncisión total o circuncisión parcial.
“El procedimiento conocido como circuncisión se realiza en aquellos niños con fimosis o con antecedente de balanitis xerótico-obliterante (enfermedades de la piel), parafimosis (cuando el prepucio está retraído por detrás del glande del pene y no puede retomar su posición inicia), infecciones urinarias a repetición o malformaciones congénitas urológicas asociadas”, explica el urólogo de Clínica Santa María.
A pesar de las ventajas de realizar esta técnica, que consiste en cortar la porción estrecha del prepucio que cubre al glande, dejándolo parcial o totalmente al descubierto, la circuncisión tiene indicaciones muy precisas, ya que el prepucio es una estructura anatómica de protección y lubricación.
El doctor Francisco Reed destaca la importancia de tratar la fimosis a tiempo porque de lo contrario puede condicionar en niños una falsa incontinencia urinaria y dolor durante la erección, mientras que en adultos puede ocasionar dolor durante las actividades sexuales.
“En algunas ocasiones cuando al anillo prepucial no es muy estrecho y permite decapullar el glande pero con un leve estrangulamiento del mismo, puede ocasionar una parafimosis que es la inflamación y congestión de la parte distal del pene, lo que requiere en muchas ocasiones, una cirugía de urgencia”, explica.
El experto señala que incluso una fimosis mal tratada podría tener secuelas cuando el niño sea adulto, ya que algunos pacientes pueden tener una cicatrización exagerada y condicionar un nuevo anillo prepucial. Por eso, “el llamado a los padres es a acudir a controles médicos y si su pediatra o médico sospecha de fimosis, el niño debe ser evaluado por un cirujano o urólogo infantil”.