Durante la época de lactancia existe una serie de cambios hormonales y físicos que generan una mayor caída de pelo, para explicar esto, conversamos con la Dra. Michelle Mauret, Jefa de Tratamientos Capilares de Clínica Terré: “Primero tenemos que recordar cómo fue el proceso de nuestro embarazo, ya que cuando estamos embarazadas los niveles hormonales se mantienen bastante estables, no tenemos las fluctuaciones que ocurren en cada uno de nuestros ciclos. Durante este proceso el pelo se cae muy poco, se pone muy bonito, aumenta su grosor y tiene mejor brillo, lo que en definitiva hace que nuestro cabello se encuentre en su mejor momento”.
Es importante recalcar que esto ocurre en la mayoría de las mujeres, sin embargo, hay múltiples causas como la anemia no tratada, el hipotiroidismo o la preeclampsia, que pueden generar mayor debilitamiento y caída del cabello también en este proceso.
Cuando el embarazo termina, el proceso es muy estresante, cambia el cuerpo y las prioridades, “a esto hay que sumarle toda una cascada hormonal que está intentando volver a la normalidad y, además, la lactancia. Cuando llevamos aproximadamente 4 meses de iniciada esta aventura, comenzamos a notar que el pelo se empieza a caer de manera muy abundante, transformándose en una verdadera angustia en las mujeres”, explica la Dra. Mauret.
Pero, ¿qué se debe hacer en estos casos? “Es importante tranquilizar a las pacientes, ya que es parte de un proceso normal, se denomina efluvio post parto, el cual es transitorio y reversible, dura aproximadamente 6 meses. Una vez superada esta etapa, el pelo vuelve a crecer de manera normal”. Aclara la especialista. Siendo la recomendación más efectiva no angustiarse y disfrutar otras aristas de la maternidad.