Por: Elizabeth Salazar T.
Esta cinta italiana nos muestra la historia de Claudia (Lucia Mascino) y Flavio (Thomas Trabacchi), quienes durante siete años han compartido una relación con altos y bajos. Su pasión es demoledora e intelectualmente estimulante. Entre sus tiras y aflojas, sus noches en blanco impregnadas de discursos tan paradójicos como universales y los psicofármacos camuflados en un frasco de vitaminas, su historia termina de golpe. Él siente la necesidad de aterrizar después de un larguísimo y vertiginoso vuelo; ella no consigue volver a tierra, prisionera en un espacio intermedio en el que resuenan sus monólogos compulsivos.
Una historia de un amor intenso y cuyo quiebre ambas partes lo manejan de forma muy diferentes. Es una propuesta interesante la de este film, porque es una visión realista del amor y desamor, más de alguien podría sentirse identificado con situaciones que se muestran o tal vez, haber escuchado a algún amigo vivir algo parecido. La mujer que quiere y cree que ese es su verdadero amor, y se llega obsesionar a tal punto de cegarse y no ver más allá. Mientras ella sufre en este proceso, Flavio se fija en una chica más joven. Por lo que tenemos a una pareja dispareja en busca de cosas diferentes.
El personaje de Claudia es muy creativa, incluso llega a imaginar situaciones que son tragicómicas; la narración está bien lograda el espectador, se sentirá intrigado en el desenlace de esta particular pareja. Los protagónicos son creíbles, especialmente Lucia Mascino, con un papel que convence, sin duda.
Es un drama romántico, con toques de comedia para ver, disfrutar y pensar.
Directora: Francesca Comencini (“Un día especial” y “El espacio en blanco”)
Duración: 92 Minutos
Distribuye CDI Films
Estreno: 18 de octubre
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