Es la artista de los corazones, los que pinta en distintos formatos y materiales, porque es la figura que la cautiva a ella y a un público diverso que incluye a una nueva generación que valora el arte, “quieren lo propio y tienen un ojo bastante más afinado y eso es muy bonito”, indica la pintora.
Por Rebeca Ubilla M.
Ana María Miranda estudió diseño industrial con mención en textil, pero dice que nació pintando, de hecho es un oficio que ha practicado durante toda su vida y muestra de ello es que pintó en el Bellas Artes con distintos maestros hasta que se independizó. Desde ahí, su obra está cargada de corazones, una figura que la conquista a ella y a todos los que se inclinan por sus pinturas o esculturas, incluidos los turistas que las compran en las casas de Pablo Neruda donde sus obras también incluyen poemas del Premio Nobel, pero sólo los de amor.
¿Desde cuándo pintas corazones?
-Hice un diploma en Arte Terapia hace 6 años atrás, que me vinculó al tema. Creo que todos tenemos un color de corazón. Si uno cierra los ojos puede pensar de qué color es tu corazón. Los hago gorditos para que se puedan posar por ejemplo en un velador y sea lo último que mires en la noche y te conectes contigo y hagas una introspección. En tanto, en la mañana la idea es ver lo conectada que puedas estar para ser feliz, dado que todo es hacia adentro, la felicidad se debe buscar hacia adentro y así empezaron los corazones y los distintos formatos.
¿El color del corazón tiene que ver con lo que uno siente?
-Eso es lo que yo creo, si uno cierra los ojos, lo siente, es de guata. Es ese currículum oculto que todos tenemos de todo lo que hemos aprendido y uno arma lo que nos hace únicos.
¿Qué materiales ocupas en tu obra?
-Uso la técnica mixta, con acrílico, pasta cuarzo, láminas de plata oro y cobre.
¿Quiénes son tus referentes en tu opción por los corazones?
-Referentes no tengo, pero creo que si es una mezcla de cosas. Pero debo decir que para mi Vincent Van Gogh es lo máximo.
¿Cómo ves el desarrollo de las artes plásticas en Chile?
-Es difícil, pero cada vez tenemos un nivel más importante Somos el país del fin del mundo y las redes sociales ayudan mucho, porque ellas son imagen y los pintores somos eso.
¿Ves a las nuevas generaciones interesadas en las artes plásticas?
-Creo que sí hay mucho joven, que le gusta el arte y no la imitación. Quieren lo propio y tienen un ojo bastante más afinado y eso es muy bonito.
Al parecer hay una revalorización de lo hecho a mano…
Claro que sí y quieren tener su espacio con arte. En mi caso los corazones les da un sello.
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