El acné es una enfermedad de la piel, muy frecuente en la pubertad y en personas jóvenes. Sin embargo, puede presentarse a toda edad, incluso en la adultez, sin distinciones de sexo, color de piel o condición social. Puede ir desde la simple aparición de granitos o comedones, hasta la presencia de pústulas, quistes y nódulos sebáceos. Sin embargo, aunque el tratamiento recibido haya sido el adecuado y el acné esté controlado, muchas veces quedan secuelas permanentes en la piel, dejando una huella imborrable de una enfermedad que sigue avergonzando y afectando la autoestima de las personas.

La Dra. Isabel Zúñiga, especialista en Medicina Estética de Clínica Terré nos habla sobre esta situación.

Doctora-Isabel-Zuniga

Las consecuencias que el acné puede dejar van desde manchas en la piel hasta cicatrices profundas. Para combatir estas secuelas, los tratamientos son variados, pero es importante saber que no todos los pacientes son candidatos a realizarse todos los procedimientos que existen para solucionar este problema cutáneo.

Por eso, hay que tener mucha precaución al momento de buscar el procedimiento adecuado, dirigiendo especial atención al fototipo o color de piel. Aquellas personas que tienen los pigmentos marrones, amarillos o oliváceos no son buenas candidatas para tratamientos invasivos, ya que la inflamación y agresión que sufre la piel puede terminar en hiperpigmentaciones no deseadas. En este tipo de pieles, se recomiendan las sesiones de láser Nd-Yag, que en el mercado podemos encontrar con el nombre “Baby Face”. Este programa consiste en aplicar láser sobre una máscara de carbono vegetal, que tiene por objetivo exfoliar las capas superficiales de la piel y así disminuir el tamaño de poros y la grasitud, mejorar la calidad de la piel y eliminar arrugas y manchas. Además, contempla la realización de una mesoterapia con vitaminas que permite lucir una piel de mejor calidad, más tersa y luminosa. Este programa se realiza en cinco sesiones que duran 30 minutos, prácticamente indoloras y que no provocan incapacidad alguna, por lo cual los pacientes pueden retomar sus actividades de forma normal y en cualquier época del año.

En el caso de pieles claras, una de las mejores opciones es el láser CO2 fraccionado. Esta tecnología produce microperforaciones en la piel para llegar a capas profundas, dejando zonas de piel sanas entre ellas lo que facilita la repitelización, y la regeneración post-tratamiento. Debido a su efecto “peeling” permite mejorar líneas de expresión, manchas, cicatrices y a nivel profundo produce una retracción y aumento de la producción de colágeno aumentando la firmeza de la piel y logrando un efecto de rejuvenecimiento cutáneo. Este procedimiento no requiere de reposo, aunque la piel demora en recuperarse del todo unos 7 a 10 días.

¡Tranquilidad! Las secuelas del acné pueden ser tratadas y eliminadas, siempre y cuando se evalúe la piel y las cicatrices en cada caso y de la mano de un experto. Hay tratamientos para todo tipo de piel y lo mejor de todo, sí es posible dejár atrás un problema que no sólo deja huellas en la piel, sino que también en la seguridad, autoestima y calidad de vida de las personas.