Te presentamos a la autora de “Doce Cuentos Encantados”, la cual con algo de humor negro nos anticipa el futuro, siendo un referente en la literatura de anticipación. Son relatos cortos y entretenidos que no te dejarán indiferente.
Por Rebeca Ubilla M.
Es la autora de la anticipación, porque se “anticipa” a lo que viene y nos hace avanzar décadas a un futuro, quizás no tan lejano, marcado por falta de empatía, clones humanos y algo de tragedia. Hablamos de Alicia Fenieux- periodista y escritora- que en su último libro, “Doce Cuentos Encantados” (Editorial Forja) nos adentra en estos mundos de manera muy entretenida en unos relatos que de seguro te harán reflexionar.
¿Se le llama la autora de “la anticipación, cómo definirías ese término en tus libros?
-Anticipar, como todo en literatura, es una forma de crear. La gran virtud de las ficciones de anticipación es que podemos visualizar el futuro y reflexionar sobre el presente. ¿Llegaremos al punto de necesitar de empatizadores para sentir la cercanía de otro? ¿Cómo serán los clones humanos?, ¿cómo nos relacionaremos con ellos? Los clones animales ya existen y dada nuestra curiosidad es muy probable que los clones humanos convivan con nosotros en 20 o 30 años más. A mí me interesa imaginar esas posibilidades y planteárselas al lector.
¿Qué te llevó a optar por ese tipo de literatura?
-He permanecido en este tipo de literatura, porque permite la ironía. En general la ciencia ficción sitúa al hombre en un extremo (ya sea en el espacio, en un mundo paralelo o en el futuro) para poder observarlo a distancia con un lente de aumento. Entonces vemos su patetismo, así como su genialidad o su grandeza, entre tantas otras virtudes y defectos propios de nuestra condición. Mis cuentos son más bien de humor negro.
¿En lo personal, cómo te imaginas el futuro?
-Creo que a nuestra civilización le queda poco tiempo, hay demasiados síntomas del deterioro del planeta: los mares están muriendo bajo los parches de basura, las especies siguen desapareciendo, el agua se acaba, la población aumenta, los alimentos no alcanzarán… Es cosa de ser realista y de no engañarse. Si el mundo que nos sustenta desaparece, nosotros estamos condenados. Es obvio. También es trágico y todavía no ponemos la reversa.
¿Los hechos que marcan el futuro en tus cuentos, son fruto de tu imaginación o también de cosas que investigas ?
-La distopía siempre tiene un pie en la realidad. Distopía es No utopía sobre la base de proyecciones que son posibles. La distopía, que es el género que yo cultivo, debe ser creíble y también posible. Como dice Mario Vargas Llosa “investigo mucho para poder mentir”, solo que yo creo que mis mentiras o ficciones serán parte del futuro al mediano plazo.
Llama la atención que en los escritos también muestras un mundo muy poco empático, frío, donde incluso los contratos rigen las relaciones personales, tal como en el cuento “El Asunto”, ¿Crees que el futuro de las nuevas generaciones está marcado por esto?
-Las maravillas que nos ofrecen la ciencia y las tecnologías han ido mermando nuestra calidad humana. Diría que estamos como abducidos por los celulares, la inmediatez, los juegos de realidad aumentada, los mundos virtuales, el bombardeo de imágenes, etc, etc. Es cosa de ver lo que hacemos cuando estamos reunidos: chateamos con otros en la distancia. Me parece que es una situación muy poco empática, porque la empatía comienza por los ojos.
¿Quiénes son tus referentes en el tipo de literatura que haces?
-No tengo referentes en la literatura. Leo otro tipo de libros, curiosamente del pasado. Para escribir me inspiro en textos y reportajes sobre el futuro, hay mucho.
¿Has pensado explorar otras temáticas además del “futuro”?
-Espero incursionar en novela romántica porque la distopía cansa y te vuelve latero. A nadie le gusta que le refrieguen en la cara lo que hacemos mal y para colmo, que le anuncien la debacle. Pero quiero cambiar de tema porque es bueno para cualquier escritor explorar otros terrenos, estilos, temáticas. Mi nueva novela es una historia de amor.
