Hoy en día son varios los tipos de enfermedades cerebro vasculares que afectan a un gran porcentaje de chilenos, pero más aún al segmento femenino; y es que en ellas hay factores determinantes que influyen en el desarrollo de ciertas patologías. El doctor José Tevah, explica las causas, síntomas y de qué manera prevenir este tipo de episodios, que incluso podrían provocar la muerte.
Cuando hablamos de Ictus, a simple vista es difícil saber en qué área está enfocada esta enfermedad. Para aclarar este concepto e incentivar la prevención, el doctor José Tevah, meurorradiólogo y jefe de Imagenología de Clínica Vespucio, precisa en qué consiste esta patología: “El termino Ictus puede involucrar una apoplejía cerebral, embolia y accidente cerebrovascular que, en cualquiera de los casos está asociado a una alteración brusca de la circulación de la sangre que llega al cerebro”.
Existen dos tipos de Ictus:
- Isquémico: se origina por un coágulo que obstruye el paso de la sangre hacia una parte del cerebro.
- Hemorrágico: se desencadena por la rotura de un vaso cerebral.
En cualquiera de los dos casos, la consecuencia final es la lesión de las células del cerebro, además de la pérdida de neuronas.
Al respecto, el neurorradiólogo explica que “el Ictus isquémico es un importante problema de salud pública en Chile, ya que genera una significativa carga de enfermedad por años de vida saludables perdidos, tanto por discapacidad, como por muerte prematura. Es la causa más frecuente de Enfermedad Cerebrovascular (ECV) en nuestro país, representando alrededor del 65% de todos los episodios de este tipo”.
La técnica del Habraso
Existe una regla básica para descubrir si una persona está ante una emergencia de este tipo. El doctor Tevah explica que se debe utilizar el concepto “habraso” que significa habla, brazos y sonríe. En este caso el paciente o la persona que esté con él en ese momento, debe pedirle que diga una frase simple y coherente; también será importante que éste pueda levantar los brazos y sonreír.
Si la persona no es capaz de realizar estas tres acciones, se debe acudir inmediatamente a un centro asistencial. Según el jefe de Imagenología de Clínica Vespucio “el éxito del tratamiento y, por tanto, la mejora del pronóstico, dependerá en gran medida del tiempo de espera hasta el inicio de la atención médica”.
Factores de riesgo
Las causas que inciden en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares son las mismas que determinan la incidencia de infarto cerebral. El especialista explica que, en muchas ocasiones, esto puede ocurrir por circunstancias poco saludables tales como:
- Aspectos conductuales asociados al estilo de vida: tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, drogas y sedentarismo.
- Patologías asociadas a la obesidad, por lo que el neurorradiólogo recomienda una alimentación equilibrada y baja en sal, además de la práctica diaria de ejercicio físico.
- Factores fisiológicos tales como hipertensión arterial, fibrilación auricular, diabetes, dislipidemia y enfermedades cardíacas.
Asimismo, el doctor Tevah, asegura que existen otros factores que pueden incidir en la ocurrencia de este tipo de episodios. Entre éstos destaca la edad (el riesgo aumenta desde los 60 años), antecedentes hereditarios y el sexo, ya que se estima que existe mayor incidencia en hombres; no obstante, la mortalidad es mayor en mujeres.
Tratamiento
En general, el tratamiento de ictus isquémico debe ser tratado en menos de tres horas por un equipo multidisciplinario compuesto por neurólogos, intensivistas y neurorradiólogos intervencionistas. En la búsqueda de un buen pronóstico, el paciente es sometido a un tratamiento con medicamentos que ayuden a disolver el coágulo o el trombo, a fin de recuperar el flujo sanguíneo, en caso de tratarse de un ictus isquémico.
El especialista afirma que, en los últimos años, el procedimiento más utilizado es la trombólisis, que consiste en inyectar un medicamento que disuelve el coágulo y consigue la restauración de las funciones neurológicas perdidas durante el Ictus. Asimismo, “el paciente podría requerir una angiografía para reparar la arteria tapada, mediante la destrucción de coágulo (por vía mecánica o farmacológica), aspiración o restitución del flujo sanguíneo”, advierte el profesional.
La posibilidad de volver a sufrir un Ictus es considerable durante los primeros tres meses de convalecencia, y alcanza hasta un 14% en el primer año. Por ello, el doctor Tevah recomienda mantener bajo control y con tratamiento permanente algunas enfermedades como la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia y la diabetes, entre otras.