El cobre es esencial, de diversas maneras, para el funcionamiento apropiado del organismo humano y debe ser ingerido por el hombre, ya que éste no lo produce por sí solo.  Entre los beneficios descubiertos, se sabe que el metal facilita el bienestar cardiovascular y neurológico, refuerza los tejidos conectivos y promueve el desarrollo óseo.

Los bebés nacen con una reserva natural de cobre que le traspasa su madre durante los tres últimos meses de embarazo, esencialmente en el hígado y en el cerebro. Tras el parto, las necesidades de cobre están disponibles en la leche materna.

Si el nivel de cobre en el cuerpo del bebé es insuficiente, no será posible que el hierro adopte la forma necesaria a través de la cual transporta el oxígeno y puede ser absorbido por el cuerpo.

Según el profesor Manuel Olivares, Profesor Titular de la Universidad de Chile y médico asesor de la International Copper Association (ICA), además miembro del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), “El cobre es necesario para el normal desarrollo del embrión, pero también es importante en el período fetal. El feto humano recibe cobre de su madre desde el tercer trimestre de embarazo, aparentemente para asegurar un abastecimiento suficiente para desarrollar funciones metabólicas después del nacimiento”.

A lo que agrega, “el feto recibe todo su cobre de la madre absorbiéndolo a través de la placenta. Este cobre es necesario para mantener las altas tasas de crecimiento y desarrollo del bebé en gestación que ocurren en el vientre materno, particularmente en el último trimestre del embarazo, y para almacenar el cobre necesario durante sus primeros meses de vida, cuando su ingesta dietética es baja. Los bebés de término normalmente tienen 15 mg de cobre en su cuerpo, gran parte de él almacenado en el hígado”.

Riesgos más frecuentes asociados a la falta de cobre

El principal problema de la deficiencia de cobre en el embarazo que indica el Profesor Olivares, es que “las madres embarazadas con deficiencia severa de cobre pueden aumentar el riesgo de abortos espontáneos y malformaciones fetales”.

La dieta necesaria de cobre para la lactancia

Según el académico, consumir una dieta balanceada que incluya alimentos ricos en cobre y en caso de que la dieta habitual contenga una cantidad insuficiente del mismo o existan algunas patologías que determinan una deficiencia de cobre, como por ejemplo, la enfermedad celíaca, es recomendable el consumo de suplementos minerales con cobre.

 

El cobre se encuentra naturalmente en  alimentos tales como: pescados y mariscos (especialmente en estos últimos), carne de interiores (como hígado), granos integrales, nueces, pasas, legumbres (porotos y lentejas) y chocolate.

Otras fuentes alimenticias que contienen cobre, incluyen cereales integrales, papas, arvejas, carne roja, champiñones. El té, arroz y pollo son relativamente bajos en cobre pero entregan una cantidad razonable de éste, ya que, en general, se consumen en grandes cantidades.