Desde hace un tiempo a la fecha, vengo viendo cada vez más amigas que pasados los 30 han empezado a usar frenillos. Y es que, si antes estaban destinados solo para los niños en etapa de formación, en los últimos años ha crecido de forma exponencial la cifra de los adultos que buscan corregir sus dientes en el país.
Actualmente cuatro de cada diez personas que usan frenillos tienen más de 30 años. Es la cifra que maneja Tamara de Mayo, ortodoncista y directora de la Clínica Ortodontik. Según explica la especialista, en este grupo se encuentran “los que nunca usaron frenillos cuando niños y los que sí, pero que con el paso de los años necesitan colocarse nuevamente, y que son entre un 10 a un 15% de la población”.
Para ellos, de Mayo comenta que “nunca es tarde para resolver problemas estéticos como un diente chueco. Aunque sí, debo reconocer, que es más difícil de corregir problemas de mordida”. Y, agrega: “lo importante en el caso de los adultos es saber si los dientes estuvieron siempre chuecos, o por el contrario se fueron apiñando con el tiempo. En este último caso es importante consultar a la brevedad porque quiere decir que el problema puede agravarse con el tiempo”.
Como alternativa de tratamiento a los frenillos, para los que tienen un problema leve, existen dos alternativas: alineadores invisibles, que se ponen y sacan, siendo completamente transparentes; y las carillas cerámicas. Éstos los usamos cuando los dientes están muy manchados o desgastados por el bruxismo y sólo se encuentran levemente apiñados. En dicho caso, estas carillas de porcelana cubren la cara frontal de los dientes dando un aspecto nuevo de inmediato”.
En el caso de los niños, el aumento también ha sido exponencial, siendo casi la mitad de la población infantil debe utilizarlo. Entre los errores más comunes que llevan a utilizar bracket son succión en más de un 60% de los casos -cerca de los 3 años-; interposición lingual 32.8% -a los 6 años- y la sobre mordida vertical profunda con respiración bucal, con un 5% a los 4 años.
“Cerca de un 40 por ciento de la población infantil los debe usar; siendo los 12 años la edad promedio en que colocamos los frenillos, aunque existe un grupo que, por tener un problema de mordida más complicado o un desarrollo más adelantado, los están usando cerca de los 8 años”, comenta Tamara de Mayo
En cuanto a la duración, el tiempo promedio es de dos años. “Ahora bien, si el niño necesita frenillos antes de que cambie todos los dientes de leche y es muy pequeño podrá usarlos por un período más corto, entre 6 y 18 meses. Sin embargo, sí o sí volverá a necesitarlos cuando termine de crecer”, acota de Mayo.