Al detectar tempranamente la enfermedad, el 80% de los pacientes pueden lograr llevar una vida relativamente normal, a través del uso de determinados medicamentos y de evitar ciertas actividades que los pueden llevar a sufrir episodios. La Dra. Catalina Torres, neuróloga de Clínica Santa María, explica en qué consiste esta patología y los tratamientos para controlarla.

La epilepsia es una afección neurológica crónica que se presenta entre el 1 y 2% de la población mundial y que puede ocurrir a cualquier edad, con un mayor riesgo en niños y jóvenes –entre los 5 y 20 años– y en adultos mayores de 60 años. “Esta enfermedad se caracteriza por crisis recurrentes, generadas por una descarga excesiva de neuronas cerebrales”, manifiesta la neuróloga de Clínica Santa María, Dra. Catalina Torres.

Estas crisis o episodios son breves, se presentan de manera súbita e inesperada y tienden a ser similares entre sí. “Según el área donde se genere la descarga, pueden ocasionar alteraciones de conciencia, movimientos o sensaciones”, añade la especialista.

La Dra. Torres detalla que estos episodios de actividad cerebral descontrolada pueden clasificarse en tres tipos:

  • Parciales simples: No implican pérdida o compromiso de conciencia.
  • Parciales complejas: Sin causar pérdida de conciencia, producen desconexión del medio y amnesia del evento. Se pueden presentar con cambios en el comportamiento y movimientos involuntarios.
  • Crisis generalizadas: Hay pérdida de conciencia, amnesia y confusión posterior. Se pueden presentar con convulsiones y movimientos asociados. En el 40% de los casos las crisis son de este tipo.

La experta explica que, precisamente a estas crisis es a las que se les debe poner atención ya que gracias a ellas, se puede facilitar la detección de la patología, la cual, al ser temprana, permite que el paciente siga una indicación médica adecuada y evite ciertas situaciones que le generan un episodio como el uso de ciertos fármacos, la privación de sueño y el consumo de alcohol y drogas. “Con una detección oportuna, el 80% de las personas que padece epilepsia pueden llevar una vida relativamente normal”, explica la neuróloga.

Esta afección no es única, sino que es un síntoma asociado a diversas patologías como traumatismos encéfalo craneanos, tumores, malformaciones cerebrales, accidentes cerebrovasculares, trastornos metabólicos, infecciones del sistema nervioso o enfermedades degenerativas del sistema nervioso central.

En cuanto a su tratamiento, la doctora asegura que en la mayor cantidad de los casos éste se basa principalmente en medicamentos antiepilépticos. “Sin embargo, cuando no hay una respuesta adecuada a éstos, se recomienda realizar una cirugía. No obstante, sólo entre el 10 y 25% de las epilepsias tienen esta indicación”, finaliza.