Estas manchas en la piel suelen ser tumores benignos que se forman de manera temprana. Sin embargo, no todos son iguales y hay algunos que pueden afectar nuestra salud.

Los tamaños, colores y formas varían de lunar en lunar. Pueden ser pequeños bultos o simples manchas sobre la piel, y si bien la mayoría se consideran tumores benignos derivados de los melanocitos, las células que le dan el color a nuestra piel, siempre debemos estar observando su comportamiento. La mayoría se producen durante el desarrollo del feto, pero también existen lunares adquiridos que suelen aparecer en la etapa pre escolar y en la adolescencia pueden tornarse peligrosos.

La dermatóloga de Vidaintegra, Dra. Ester Santander, explica que aquellos lunares que aparecen en los niños y jóvenes deben ser revisados periódicamente. “Hay que tener mucho cuidado con el sol en verano, ya que éste produce alteraciones en la piel que pueden llegar a ser lesiones malignas conocidas como Melanoma, un tipo de cáncer de piel bastante agresivo si no se pesquisa a tiempo”, y agrega que los solárium también afectan la salud de la piel, por lo que se recomienda evitarlos.

Además indica que en caso de encontrar irregularidades, se debe acudir a un especialista para que sean analizados.

Con el aumento de las temperaturas en la época estival, las piscinas y la playa son los mejores lugares para pasar el tiempo libre. Sin embargo, la Dra. Santander sostiene que la exposición de los lunares a los rayos UV produce daño a largo plazo. “Lo ideal es evitar tomar sol entre las 11:00 y las 16:00 horas, que es el período en que los rayos son más fuertes. Como medida paliativa, se recomienda el uso de bloqueador solar todos los días, incluso si no se va a la piscina, ya que uno se encuentra expuesto al sol en todo momento y en todo lugar”, puntualiza.

Cuando recién aparecen los lunares adquiridos, suelen tener características muy similares a los benignos, pero hay algunas características que pueden ayudar a reconocer su peligrosidad. Sin embargo, en caso de duda sobre su evolución, lo más seguro es acudir siempre a un especialista.

Lunares benignos:

  • Mide menos de 0,6 cm
  • Son de un solo color
  • Forma oval o circular
  • Bordes nítidos
  • En la juventud tienden a ser planos, pero con el tiempo pueden abultarse y ponerse velludos

Lunares que deben ser evaluados:

  • Cuando cambian de tamaño, forma o color
  • Si presentan picazón, dolor o sangra
  • Aquellos que tengan contornos irregulares y difusos
  • Lunares muy grandes
  • Si aparece un lunar en alguna zona del cuerpo donde hubo insolación

Foto vía: xtalks.com