valeria-schapiraColumna de Valeria Schapira

Experta en relaciones para Match.com

 

“El tiempo pasa; nos vamos poniendo viejos y el amor no lo reflejo como ayer” – dice la canción. El amor va tomando muchas formas a medida que crecemos, evolucionamos y cambiamos… No somos los mismos que éramos ayer y tampoco los que seremos mañana, porque de eso se trata la vida.

¿Qué pasa cuando no podemos tolerar la inexorabilidad del paso del tiempo? ¿Qué ocurre cuando nos resistimos a lo que invariablemente es?

Estos son algunos de los aspectos en los que puedes trabajar para llevar adelante tus cambios vitales en armonía y alegría.

El cambio en el cuerpo: venimos con un cuerpo al que hemos de cuidar para tener la mejor calidad de vida posible. Aunque hagamos ejercicio, descansemos, hagamos tratamientos y nos alimentemos sanamente, los años se notan aunque nos resistamos a ellos. Podemos pelearnos con la imagen que nos devuelve el espejo o hacernos amigos de ella. En cada pliegue de nuestra piel, en cada marca de nuestro cuerpo hay una historia.  Acepta tu imagen. Quiérela. Eso se refleja en tu energía interna y externa.

La pareja: quien está en pareja hace tiempo, habrá visto los cambios que ocurren en el seno de la misma.  Pretender que la pasión y el erotismo se mantengan siempre como durante el enamoramiento es una utopía. Sin embargo, el tiempo permite fortalecer el compañerismo, el afecto y la lealtad. Para quien está solo y quiere encontrar el amor, es bueno saber que hay muchas personas en la misma condición a los 30, a los 40 y después de los 50. Hoy, los portales y apps de citas posibilitan la búsqueda de una pareja compatible a cualquier edad.

El trabajo: así como vamos mutando, también se modifica nuestro vínculo con lo que hacemos para ganarnos la vida – o como un hobby -. Nunca es tarde para barajar y dar de nuevo. Si sientes que tu actividad te está enfermando o no te hace feliz, es hora de que tomes la decisión de hacer algo nuevo. Quienes hacen la diferencia en el mercado laboral lo logran en base a su actitud. Si a ello se le suma la experiencia, mucho mejor. ¿Harto de tu empleo? Eres dueño de tu vida y está en ti sacarle el jugo. Anímate al cambio y confía en tu capacidad.

La gratitud: quien agradece, nunca repara en la falta. Cuando nos quejamos por todo, logramos que la gente se aleje de nuestro lado, además de enemistarnos con nosotros mismos. Las personas agradecidas siempre están bien rodeadas. Prueba a sentirte en armonía con lo que tienes y trabaja en lo que deseas sea distinto. Cambia de perspectiva y verás como todo cambia.

El presente: aquí y ahora, porque ayer ya fue y mañana… ¿quién sabe? Atesorar los recuerdos habla de valorar lo que transitamos; apegarnos a ellos implica no querer avanzar. La vida muta todo el tiempo y nosotros también. Regálate el mejor momento: ahora.

Cada cumpleaños es una enorme ocasión para agradecer. No los evites: que sean una excusa para reunir a tus seres queridos, brindar con ellos y darles un abrazo.