La diabetes es una enfermedad que ha aumentado rápidamente los últimos 10 años en nuestro país y quienes la padecen saben lo importante que es controlar su salud ocular.
Por Dr. Álvaro Castaño, director Clínica RedLaser
La población de adultos que sufre de diabetes a nivel nacional es del 12%. Es decir 1,7 millones de chilenos son diabéticos en Chile (cifra 2015). Esta cifra la entregó la Federación Internacional de Diabetes (IDF), esto representa el doble que hace diez años atrás y la cifra irá en aumento si es que la obesidad, el sobrepeso y el sedentarismo siguen aumentando.
Esta enfermedad, la diabetes, no sólo compromete al páncreas y la producción de la insulina, también afecta a un número importante de órganos, pero se destaca por afectar en especial la salud ocular, principalmente el compromiso de la retina.
Respecto a la retina, es una de las partes más importantes de nuestro globo ocular, ya que es la capa de tejido que esta al fondo del ojo y es la encargada de llevar las imágenes al cerebro, es decir, es lo que nos permite ver.
Una enfermedad como la diabetes puede deteriorar los pequeños vasos sanguíneos de la retina y este daño se le conoce como: retinopatía diabética, siendo la causa principal de la disminución de la visión o ceguera en países desarrollados, en la población de entre 20 y 74 años.
Esto se ve, incluso, con mayor frecuencia en aquellos pacientes que llevan un mal control de su glicemia (concentración de azúcar en la sangre), durante un tiempo prolongado.
Uno de los grandes problemas de un diabético, al no llevar un buen control de su glicemia, radica en que aquellos que tienen retinopatía diabética no suelen notar cambios visuales significativos, sino hasta que el compromiso de los ojos es muy grave. Esto se debe a que el daño de una parte importante de la retina se produce antes de que la visión esté comprometida.
El problema de esto, es que como en casi la mayoría de los casos en una enfermedad, es más fácil tratarla en las etapas iniciales, lo que en la mayoría de los casos logra traducirse en mejores resultados que cuando ya hay un compromiso tardío y severo.
Por eso, es de suma importancia educar y aconsejar al paciente diabético sobre la utilidad de las revisiones periódicas con un oftalmólogo, ya que mientras más temprano se detecte el compromiso de la retina, más se asegura la prevención de las graves complicaciones en la visión.