La víspera de Navidad es para muchos un período de estrés, por todos los compromisos de esta fecha y la elección de los regalos, sobre todo cuando se tienen hijos pequeños. La psicóloga de Clínica Vespucio, Mercy Iriarte, sostiene que desde el principio hay que explicarles la realidad y orientarlos a escoger un obsequio que se ajuste al presupuesto familiar. Esto con el fin de reducir la frustración y la ansiedad propias de estas fiestas. 

La llegada de las fiestas navideñas es un período muy esperado, especialmente para los niños que se preparan anticipadamente para la llegada del Viejo Pascuero. Sin embargo, para muchos padres esta época del año se puede transformar en un episodio de estrés por todas las actividades propias de esta fecha y junto con ello, la elección del regalo más adecuado para los niños. Frente a esto, ¿hay que regalarles “todo lo que piden” o se debe poner límites a las solicitudes?

La psicóloga de Clínica Vespucio, Mercy Iriarte, explica que ante este escenario “es importante que los padres regalen de acuerdo a sus posibilidades, ya que muchos intentan completar los vacíos que ellos tuvieron cuando pequeños y son capaces de gastar lo que no tienen para que sus hijos no vivan la misma situación”. Sin embargo, esto puede acarrear endeudamiento posterior y “aprietos” económicos, sólo para que los hijos estén felices.

De acuerdo a lo anterior, la especialista sostiene que lo mejor es comprar de acuerdo al presupuesto de la familia, además de orientar a los hijos a tener más opciones de regalo para que los padres puedan elegir la más adecuada. Lo importante es lograr tener bajo control la excitación y anticiparse a cualquier crisis que pueda tener el niño, ya que cuando las expectativas son altas, las desilusiones son particularmente difíciles de manejar.

Más allá de la diversión, los regalos y el ámbito comercial, es esencial que los papás les expliquen a sus hijos de dónde proceden estas celebraciones y que esta fecha es una instancia para reflexionar y compartir en familia. La psicóloga de Clínica Vespucio, explica que “una buena forma para conocer la historia y el sentido de esta fecha es a través de relatos, libros, cuentos y películas”.

Para evitar falsas expectativas en los hijos y con ello sentimientos posteriores de desilusión, la psicóloga de Clínica Vespucio, Mercy Iriarte, entrega interesantes consejos para tener una Navidad con sentido:

Enfrentar la realidad

Siempre es bueno plantearle al niño la realidad de una forma que pueda entenderla, y además de tomar los resguardos que impidan romper sus ilusiones, por ejemplo inducirlos cuidadosamente a escoger regalos. “Lo ideal es comentarle a los hijos que el Viejito debe regalar a muchos y que por ello debe escoger algo acorde y estimularlo a tener más opciones. Esto contribuirá a disminuir sus expectativas a través de otros regalos que también le interesen”, sostiene la especialista.

Aumento de pataletas

Los niños que acostumbran a tener todo lo que piden, sentirán frustración de no recibir el regalo esperado. De igual forma, a aquellos a los que se les creó la expectativa de recibirlo como premio de su buena conducta, tienen más posibilidades de sentirse decepcionados, manifestando enojo, rabia, tristeza y llanto.

Cuando el regalo no es el deseado

Según la psicóloga de Clínica Vespucio, se pueden tomar algunas consideraciones en caso de que el regalo no sea el esperado:

–          Proponer otra actividad posterior a abrir los regalos, como por ejemplo, ir a visitar a un pariente o vecino, compartir en familia, comer algo rico, entre otros. Esto estimulará al niño a prepararse para  un momento especial.

–          Si el niño no recibe el regalo que pidió, los padres pueden explicarle el beneficio de haber recibido ese regalo y la forma que puede disfrutar con él.