El desarrollo de cáncer de piel depende de factores genéticos, el tipo de piel y el nivel de exposición a los rayos ultravioleta, ya que el daño que provoca el sol en la piel es acumulativo. Por ello, resulta clave el uso de protectores solares desde la infancia hasta la vejez, todos los días, para prevenir su desarrollo.

Tomar sol en la playa, hacer un trekking de 5 horas o disfrutar de un almuerzo a la orilla de un lago, son actividades cotidianas durante el verano, las cuales implican una exposición a la radiación ultravioleta que se debe prevenir a través del uso de protectores o filtros solares, ropa con protección UV y sombreros o gorros. Esto, debido a que el origen del cáncer de piel puede ser genético o ambiental.

“Cómo todo cáncer, y en general, son muchas las variables que provocan su desarrollo, pero dos son las causas más comunes: Uno es el factor genético y la predisposición que tiene la persona en su ADN que lo hace más susceptible a desarrollar cáncer, existiendo familias que son más tendientes a desarrollar cáncer a la piel. Pero también, están los factores ambientales. Todos los contaminantes y metales pesados son factores predisponentes, pero la causa más importante tiene que ver con la exposición a la radiación ultravioleta por periodos largos en forma indiscriminada. El abuso al tomar sol conduce a una mayor probabilidad de desarrollar cáncer de piel, pero siempre hay una predisposición; no todas las personas que se exponen a la luz solar desarrollan cáncer de piel, siempre va a haber una mezcla de ambos factores que influyen”, explicó el dermatólogo de IntegraMédica, Héctor Fuenzalida.

Existen tres tipos de cáncer de piel. Los más frecuentes son: Carcinoma basocelular, carcinoma espinocelular y melanoma, siendo este último el más peligroso si se detecta en etapas muy avanzadas. Sobre la esperanza de vida que tiene una persona diagnosticada con esta patología, el dermatólogo aseguró que “va a depender mucho del tipo de cáncer de piel. El más benigno es el carcinoma basocelular, el cual no produce mortalidad porque crece localmente, se extrae el tumor y no tiene mayores complicaciones. Caso distinto es un melanoma, que es un cáncer mucho más invasivo, con células atípicas y carácter de mayor patogenicidad. Es un cáncer de piel extremadamente peligroso, que si se detecta de manera tardía, tiene una escasa sobrevida de 6 meses a 1 año”.

¿Cómo detectar un cáncer de piel?

La actitud preventiva más recomendada para detectar el desarrollo de cáncer de piel de manera precoz es el autoexamen visual, acción que consiste en “estar permanentemente mirándose la piel y pedir ayuda para observar zonas como espalda o cuello, alertando de esta manera la presencia de lunares extraños. Como recomendación dermatológica, una vez al año se deberían chequear manchas o lunares, sobre todo personas que tienen antecedentes de cáncer de piel en familiares cercanos, quienes deben realizar un chequeo dermatológico cada 6 meses”, recomendó el especialista de IntegraMédica.

El experto, también mencionó que otras señales que pueden advertir sobre la presencia de cáncer de piel son: “Cuando una herida permanece más de un mes en la piel sin cicatrizar, la persona se debe preocupar y consultar a un dermatólogo. También deben consultar frente a lunares o manchas que cambian de color rápidamente, provocan picazón o dolor; en estos casos es importante consultar porque puede ser síntoma de un cáncer que esté en una etapa inicial”.

Una piel sana requiere protección diaria

El daño que provoca la radiación ultravioleta en la piel es acumulativo desde el nacimiento hasta la vejez, por eso es importante incorporar hábitos diarios que ayuden a proteger la piel de la exposición solar. Para prevenir el desarrollo de cáncer a la piel, el especialista parte del Grupo Bupa entregó algunas recomendaciones que se pueden integrar en la rutina diaria:

  • Protección desde los primeros años de vida: Se recomienda no exponer la piel de los bebés en lugares con mucha radiación solar, sobre todo por periodos prolongados.
  • Uso de protector solar todos los días del año: En días de lluvia o de sol, en otoño, invierno, primavera y sobre todo verano, aplicar factores solares con mínimo FPS 30.
  • Usar elementos físicos que protejan la piel: Se recomienda el uso de sombreros o gorros con un ala de mínimo 7 cm. Si se realizan actividades al aire libre, preferir las poleras con telas respirables y manga larga.
  • Proteger zonas como piernas y escote: Suelen ser zonas muy expuestas a la radiación ultravioleta, por esto la aplicación de fotoprotectores FPS 30 debe ser constante y cada 2 horas.
  • Activación de vitamina D a través de la luz solar y con precaución: La vitamina D es esencial para la vida humana. Por esta razón, se recomienda que las personas se expongan al sol y sin protector solar antes de las 11:00 o después de las 17:00 hrs., por un periodo máximo de 5 a 10 minutos; tiempo suficiente para la activación de la vitamina D.