Experto avala uso del chupete debido a sus efectos analgésicos

Experto avala uso del chupete debido a sus efectos analgésicos

Mitos y verdades sobre el uso del chupete: ¿cuándo suspender su uso?

Padres y madres siempre tienen una preocupación especial por sus hijos en relación al uso del chupete. ¿Genera beneficios? ¿Cuánto tiempo debe ser usado? ¿Puede cambiar la fisonomía de mi hijo?

Cuesta pensar o imaginar a un bebé que no use chupete. La cultura en Chile mostraba incluso programas de televisión infantiles que instaban a los pequeños a dejar este elemento tan propio de la primera infancia. Pero al parecer su utilización tiene de dulce y agras y sólo depende de la preocupación de los padres que esta experiencia sea más llevadera que amarga.

Así lo señala el Dr. Marcel Deglin, pediatra de Clínica Ciudad del Mar, quien avala el uso del chupete, debido a los efectos analgésicos que provoca. Pero es claro en entregar la responsabilidad a los padres sobre cuándo quitar el chupete a sus hijos.

“El chupete reduce la incidencia de la muerte súbita del lactante, es un analgésico muy eficaz en procesos dolorosos y, por añadidura, los efectos perjudiciales que ejerce sobre la correcta alineación de los dientes son pasajeros siempre y cuando el chupete  se suspenda antes de los 3 años de edad”, afirma el especialista.

Si el uso continuado del chupete llegara a descolocar los dientes, que es una de las quejas más frecuentes entre sus detractores,  el Dr. Deglin comenta que esto es reversible apenas unos meses después de interrumpir el uso del chupete.

“La introducción del chupete debe implementarse a partir del mes de vida, de este modo el bebé, que está empezando a aprender a mamar no se confunde con la técnica de ordeñe del pezón, que es diferente a la succión que realiza con el chupete de la mamadera”, aclara el especialista.

No obstante, los efectos negativos o colaterales de su uso prolongado, pueden ocasionar cambios importantes en la fisonomía del niño, según detalla el especialista de Clínica Ciudad del Mar. “Si el uso del chupete se limita hasta los 3 años no hay  efectos colaterales negativos sobre su denticion. El uso por más de 3 años produce que los dientes centrales inferiores se desvíen paulatinamente hacia dentro, mientras que los que se encuentran en el mismo plano, pero en el maxilar superior, tienden a separarse y a sobresalir hacia fuera (dientes de conejo)”, aclara.

“Con el tiempo – agrega el especialista – los caninos (colmillos) chocan entre sí y ambas filas de dientes no se cierran correctamente (mordida abierta). Además, la acción de succionar pone en funcionamiento una serie de músculos de la cara que, junto con la posición de la lengua, hacen que, finalmente las líneas superiores e inferiores pierdan su paralelismo (mordida cruzada)”.

Cómo deben actuar los padres

Queda claro que el manejo de los padres frente al tema es clave para incentivar al niño o niña a dejar el chupete, y para eso el Dr. Marcel Deglin entrega algunos consejos útiles.

“La edad ideal para retirar el chupete es hacia los 3 años. Primero habrá que ir acostumbrando al niño a usar el chupete sólo cuando se vaya a la cama o en situación de mucha tensión emocional. No está claro cuál método es mejor,  la retirada brusca o la paulatina; en cualquier caso es aconsejable que los padres permanezcan más activos en esos días para tranquilizar al niño y que éste no reclame su chupete”.

Trucos para retirar el chupete

  1. Sea la interrupción brusca o paulatina, no se debe recurrir a castigos.
  2. Untar el chupete  con sustancias de sabor desagradable (vinagre, pimienta, limón…) suele dar buen resultado.
  3. Inventar una historia en la que algún personaje de ficción se lleve el ‘tete’ a cambio de un regalo.
  4. A veces, el chupete puede olvidarseen el lugar de vacaciones o perderse en la calle.
  5. Cortar el chupete o pincharlo para que la sensación de chuparlo no sea placentera  termina por disuadir a los niños
  6. A los niños mayores los puede convencer su pediatra, explicándoles por qué deben dejarlo.
  7. La decisión ha de ser firme. Una vez que el niño abandona el chupete se acordará de él y volverá a pedirlo, pero hay que dejar que pase el ‘síndrome de abstinencia’.
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