Ecografías en el embarazo: ¿Cuántas son y cuándo debemos hacerlas?

Ecografías en el embarazo: ¿Cuántas son y cuándo debemos hacerlas?
  • El proceso del embarazo es único y cada pareja debe enfrentarlo como un nuevo desafío lleno de amor y comunicación, generando un ambiente seguro para el bebé que está por llegar. El Dr. Ignacio De La Torre, Ginecólogo de Clínica Ciudad del Mar, nos entrega algunos consejos sobre las ecografías.

Una de las primeras responsabilidades de cada gestante consiste en asistir a un control prenatal, que es el conjunto de medidas sanitarias destinadas a prevenir y tratar precozmente las enfermedades que pueden alterar el curso del embarazo.

Cada uno de esos controles es una buena oportunidad para aclarar las dudas que pueden surgir. Una de las preguntas más recurrentes durante este período tiene relación con un examen que se utiliza comúnmente en el embarazo: la ecografía.

La ecografía es un examen que utiliza las ondas de ultrasonido para generar una imagen diagnóstica, que logra representar de manera muy fidedigna el estado del embrión o feto. Son absolutamente inocuas para el bebé, por lo cual no existe un número máximo de estos exámenes que se puedan realizar durante la gestación.

Es una de las evaluaciones que se utilizan con mayor frecuencia en el embarazo y para muchos padres es parte fundamental del control prenatal y, el especialista nos cuenta de qué se tratan las 3 ecografías que podemos considerar imprescindibles en la gestación:

La primera se debe realizar entre las semanas 11 y 14, y su principales objetivos son precisar la edad del embarazo, identificar si es un embarazo único o múltiple y definir el riesgo de aneuploidas (como Síndrome de Down).  En este examen es posible observar al feto, con sus cuatro extremidades, moviéndose y con su corazón latiendo rápidamente y en muchas ocasiones es posible identificar el sexo del feto.

La segunda ecografía es un examen que permite evaluar la anatomía fetal y se realiza entre la semana 22 y 24. Pretende explorar los órganos del feto y de esta manera diagnosticar alteraciones cardíacas, cerebrales, renales y de otros sistemas. También mide la circulación y resistencia placentaria y el largo del cuello uterino lo cual permite determinar el riesgo de presentar una preclampsia y/o un parto prematuro. Algunos padres conocen este examen como la 3D, sin embargo debemos aclarar que las imágenes obtenidas mediante esta técnica tridimensional, no sustituyen las mediciones relevantes de la anatomía fetal. En este examen el médico suele certificar el sexo del feto.

La tercera ecografía debiera ser realizada entre las 34 y 36 semanas y su objetivo es estimar el peso del bebé (lo cual se consigue midiendo los diámetros del cráneo, el largo del fémur y la circunferencia abdominal) y además busca evaluar el bienestar fetal (mediante la medición del líquido amniótico; el tono y los movimientos respiratorios y corporales del feto)

En los embarazos de alto riesgo (embarazos gemelares, preclampsia, diabetes gestacional, los que padecen alguna patología del desarrollo o crecimiento fetal), debemos considerar necesario realizar otras ecografías cuyo objetivo es evaluar el bienestar fetal para definir el momento correcto del nacimiento. Estas pueden medir incluso la circulación de la placenta o del bebé mediante el uso del doppler. (herramienta de medición de flujos sanguíneos que incorporan algunos ecotomógrafos de última generación).

Al momento de elegir el lugar y especialista para su realización es importante sugerir que cada paciente asista a un centro acreditado, que cuente con experiencia y prestigio y que haya sido recomendado por otras pacientes o profesionales de salud. El centro escogido debe contar con un ecotomógrafo moderno, con buena calidad de imagen y el ginecólogo que realiza el examen debe estar capacitado y certificado en esta técnica diagnóstica.

Cada vez que se cancela una ecografía la paciente debe solicitar un informe que incluya además de las imágenes o fotos del feto,  las medidas y conclusiones obtenidas.

“La ecografía, es un momento ideal para integrar a la familia al control de la paciente, propiciando el apego mediante la observación del feto, de sus movimientos y la audición de los latidos cardíacos. Este examen emociona a quien lo observe, y por este motivo las embarazadas suelen asistir acompañadas de los futuros abuelos y hermanos del bebé, permitiéndoles conocerlo antes del nacimiento y estrechando los vínculos entre ellos”, concluye el Dr. Ignacio De La Torre, Ginecólogo de Clínica Ciudad del Mar.

 

 

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