¿Cómo educas a tus hijos? aprende más sobre las competencias parentales

¿Cómo educas a tus hijos? aprende más sobre las competencias parentales
  • Las pautas de crianza dependen de diversos puntos, tales como, las experiencias vividas, lo aprendido, cómo fuimos educados por nuestros padres y el contexto sociocultural.

Cuando se es padre nadie cuenta con una pauta que permita realizar una evaluación sobre cómo se están haciendo las cosas, por lo que surgen preguntas como, por ejemplo, ¿cuánto tiempo compartimos con nuestros hijos?, ¿somos lo suficientemente cariñosos?, ¿son efectivos los castigos?, entre otras. Sodexo Servicios de Beneficios e Incentivos te ayuda a comprender estas y otras interrogantes sobre cuán efectivos son los distintos estilos parentales y las pautas de crianza.

La relevancia del tipo de vínculo que los padres establecen con sus hijos, es de tal importancia que afecta en el desarrollo futuro de los menores, quienes dependiendo del modo en el que sean educados, se convertirán en adultos competentes y ciudadanos productivos. Por esta razón, es vital que los padres se preocupen y ocupen por implementar un estilo de relación, en el cual se compensen el afecto, la atención, el control y la exigencia.

¿Qué son las competencias parentales?

Las competencias parentales son las capacidades prácticas de los padres o los adultos que mantengan una relación significativa con los menores, para cuidar, proteger y educar a sus hijos, asegurándoles un desarrollo sano. Estas están dadas por el apego, la empatía, modelos de crianza, etc., es decir por las capacidades parentales fundamentales.

Es importante recalcar que debido a que las necesidades son evolutivas, los padres deben poseer una plasticidad estructural que les permita adaptarse a los cambios de las necesidades de sus hijos, ya que no es lo mismo cuidar, proteger y educar a un bebé que a un adolescente.

¿Sabes cuál es tu estilo parental?

De acuerdo con las charlas temáticas promovidas por el programa Vivir Bien de Sodexo Servicios de Beneficios e Incentivos, existen 3 tipos de estilos parentales:

  1.  Autoritario: Tratan de ejercer control sobre los niños, fijando reglas estrictas y siendo estrictos, para tratar de mantener el orden, y normalmente lo hacen sin demostrar mucho afecto.
  2. Permisivo: Ceden la mayoría del control a los hijos. Fijan muy pocas reglas, y las que fijan generalmente no se hacen cumplir de manera uniforme, además de no establecen límites.
  3. Democrático: Ayudan a los niños a aprender a valerse por sí mismos y a pensar en las consecuencias de su comportamiento. Entregan expectativas claras y razonables y explican a los hijos lo que esperan de ellos. Asimismo, refuerzan el buen comportamiento, en vez de concentrarse en el malo.

En base a los estilos mencionados, los padres no deben afligirse, pues no existe una receta universal para ser buenos papás. Pero no deben olvidar que se trata de un trabajo continuo, en el que el aprendizaje es mutuo, tanto para los padres como para los hijos. De esta forma, mantener una coherencia y diálogo con la pareja es fundamental para no desacreditarse delante de los niños o adolescentes”.

Los estilos parentales se refuerzan a diario mediante las pautas de crianza. Éstas últimas sólo se pueden concretar con habilidades prácticas consistentes, que si bien pueden traspasarse de generación en generación, finalmente, serán el reflejo de la cultura familiar. Las habilidades se pueden resumir en:

  • Normas y límites: Deben ser claros y propositivos, además de explicar sus razones de ser.
  • Afectividad: El niño debe sentirse querido y estimulado a través de las caricias, voz adecuada y atenciones pertinentes.
  • Comunicación: Aprender a escuchar y ser escuchado por los hijos. También potenciar la comunicación gestual, por ejemplo, hablar mirando a los ojos.
  • Resolución de conflictos: Optar por la mediación, la negociación y la conciliación. En conclusión, es recomendable que los padres trabajen un estilo de relación con sus hijos, que esté fundado en el afecto, la atención, la comunicación, el control y la exigencia, siempre adecuándose a las necesidades pertinentes a la edad. Además, es importante que los padres tengan confianza en sí mismos, se formen y adquieran conocimientos sobre su función.
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